El fabricante de vajillas Duralex -cuyos resistentes vasos para beber son omnipresentes en las escuelas francesas y en los comedores de las empresas- despedirá a gran parte de sus 250 empleados durante al menos cuatro meses a partir del 1 de noviembre y pondrá sus hornos en espera, dijo su director general.

José-Luis Llacuna dijo que, como los precios del gas se han disparado en los últimos meses, los costes energéticos de la empresa han aumentado hasta el 40% de su facturación desde el 5% al 7% de hace un año.

"Es imposible seguir así. Los altos precios de la energía y del gas amenazan la supervivencia de la empresa y de nuestros puestos de trabajo", dijo en la radio franceinfo.

La empresa funde el sílice a 1.500 grados Celsius (2.730° F) para convertirlo en vidrio y producir su característica vajilla de vidrio templado, vajillas y platos para el horno.

Dijo que la empresa había ido por el buen camino tras las dificultades financieras durante la pandemia del COVID-19 y su adquisición en enero de 2021 por el propietario de la marca Pyrex, International Cookware.

"Estamos muy frustrados. Hemos hecho todo lo posible para salvar esta empresa, pero hay un elemento de coste externo sobre el que no tenemos control", dijo Llacuna.

En Cristallerie Arc -otro nombre familiar de la vajilla francesa- 1.600 de los 4.500 empleados serán puestos en excedencia durante dos días a la semana, dijo un portavoz de la empresa.

Dijo que la factura de gas de la empresa casi se ha cuadruplicado, pasando de 19 millones de euros (19 millones de dólares) en 2021 a 75 millones en 2022, lo que hace imposible continuar la producción a los niveles actuales.

(1 dólar = 1,0001 euros)