Cientos de miles de personas se enfrentaron a cancelaciones de trenes en toda Alemania a partir del miércoles, ya que una huelga ferroviaria nacional de tres días se sumó al caos de los viajes en la mayor economía de Europa, donde las continuas protestas de los agricultores también han paralizado el tráfico por carretera.

El sindicato de maquinistas GDL inició su huelga principal en las primeras horas del miércoles, sumándose a la de los maquinistas de trenes de carga que se declararon en huelga el martes por la noche.

Las huelgas continuarán hasta el viernes por la noche, obligando al operador ferroviario nacional Deutsche Bahn a poner en marcha únicamente horarios de emergencia reducidos.

Uno de cada cinco servicios ferroviarios de alta velocidad de larga distancia estaban en marcha y los servicios regionales se han "reducido masivamente", dijo un portavoz de Deutsche Bahn a los periodistas en la estación central de Berlín, vacía de su afluencia habitual.

El operador ferroviario ha animado a la gente a cancelar o posponer todos los viajes no esenciales.

El portavoz calificó la huelga de "imposición absoluta en una semana como ésta, en la que los ánimos ya están cargados y las difíciles condiciones para la movilidad en Alemania hacen que todo sea un desafío".

El jefe de la asociación de agricultores alemanes DBV prometió intensificar sus protestas el miércoles, después de que convoyes de tractores y camiones bloquearan las carreteras de todo el país a principios de esta semana.

La larga disputa sobre los salarios y las horas de trabajo de los maquinistas volvió a recrudecerse tras una tregua de tres semanas en Navidad, y después de que no prosperara un intento de Deutsche Bahn de bloquear las últimas huelgas con una orden judicial.

El GDL busca una semana laboral reducida para sus trabajadores a turnos, de 38 a 35 horas, con los salarios actuales. Deutsche Bahn ha ofrecido flexibilidad en las horas de trabajo, pero se ha negado a reducirlas sin un recorte salarial.

"Estamos dispuestos a llegar a compromisos y reducir gradualmente la jornada laboral semanal para que la parte patronal también tenga la oportunidad de formar al personal", declaró el jefe de GDL, Claus Weselsky, a la cadena pública ZDF.

"Si no conseguimos nada para el viernes, nos tomaremos un descanso y luego entraremos en la siguiente ronda de acción industrial", añadió.

La huelga de los ferrocarriles de carga también iba a causar trastornos. La Federación de Industrias Alemanas (BDI) advirtió de problemas en la cadena de suministro, afirmando que casi una quinta parte del tráfico de mercancías alemán se transporta a través del ferrocarril.

"También en este caso estamos intentando minimizar el impacto en la medida de lo posible", declaró el portavoz de Deutsche Bahn.

Las huelgas ferroviarias en todo el país se suman a los crecientes problemas económicos de Alemania, ya que la mayor economía de Europa se enfrenta a unos datos macroeconómicos débiles, unos tipos de interés elevados y crecientes críticas al gobierno de coalición.

Las protestas de los agricultores de esta semana, desencadenadas por el enfado ante los recortes de subsidios previstos, han aumentado la presión sobre el canciller Olaf Scholz, cuyo gobierno intenta ultimar su presupuesto para 2024. (1 dólar = 0,9149 euros) (Reportaje de Rachel More, redacción de Miranda Murray, edición de Jamie Freed y Barbara Lewis)