Una reducción de la deuda de 100.000 millones de dólares desde 2018, unida a una exitosa escisión de su negocio sanitario y una fuerte demanda en su negocio aeroespacial, han apuntalado la confianza de Wall Street en el conglomerado industrial con sede en Boston, haciendo subir sus acciones casi un 80% desde finales de septiembre.

Pero las energías renovables siguen siendo un problema.

La unidad, que forma parte de la cartera de negocios energéticos de la empresa denominada GE Vernova, no ha obtenido beneficios en los últimos ocho trimestres debido a una combinación de débil demanda, mayores costes de materias primas y mano de obra y presiones en la cadena de suministro. El año pasado registró unas pérdidas de 2.200 millones de dólares.

Los analistas han planteado dudas sobre si GE podría verse obligada a alterar el plan para escindir GE Vernova en una empresa separada el año que viene, incluyendo un posible retraso o cambiando qué activos se incluyen.

El consejero delegado de GE, Larry Culp, ha reconocido que el negocio de renovables requiere "cableado y fontanería" antes de la escisión.

"Quiero entender si existe alguna posibilidad de que Vernova no incluya la eólica de GE", dijo Nicholas Heymann, analista de William Blair.

GE está dando prioridad a la reconversión de su negocio eólico terrestre y ha reducido la plantilla global de la unidad en cerca de un 20% en una reestructuración y redimensionamiento que se espera produzca ahorros este año.

No obstante, aunque los créditos fiscales para proyectos eólicos ofrecidos en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de EE.UU. han impulsado la demanda en Norteamérica, la empresa no espera una mejora significativa en el negocio terrestre en la primera mitad de 2023.

GE también se enfrenta a retos en la eólica marina desde que se le prohibió fabricar y vender sus aerogeneradores Haliade-X en EE.UU. después de que un jurado determinara que infringían una patente propiedad de su rival Siemens Gamesa Renewable Energy.

Brendan Luecke, analista de Bernstein, espera que el negocio de renovables de GE registre otra pérdida este año.

Pero en general, se espera que GE reitere el jueves su previsión de beneficios ajustados para 2023 de entre 1,60 y 2,00 dólares por acción.

El negocio aeroespacial, que suministra motores a Airbus y Boeing, está lidiando con la escasez de mano de obra, piezas y materias primas.

La unidad, la gallina de los huevos de oro de GE, tenía pedidos pendientes de clientes por valor de 135.000 millones de dólares a finales de 2022, un 8% más que el año anterior.

GE ha enviado a cientos de empleados a las instalaciones de sus proveedores aeroespaciales para aliviar los cuellos de botella, pero la situación no ha mejorado sustancialmente.

"GE ha hecho grandes progresos, pero los riesgos persisten", señalaron los analistas de JPMorgan en una nota.