Las fuerzas rusas fijaron el martes sus próximos objetivos en la provincia ucraniana de Donetsk, en el este del país, después de que el presidente Vladimir Putin se adjudicara la victoria en la vecina provincia de Luhansk y de que la guerra, que dura cinco meses, entrara en una nueva fase.

Serhiy Gaidai, el gobernador ucraniano de Luhansk, dijo que las fuerzas ucranianas que se retiraron de Lysychansk estaban ahora manteniendo la línea entre Bakhmut y Sloviansk, preparándose para rechazar un nuevo avance ruso.

Reuters no pudo verificar los relatos del campo de batalla.

Las esperanzas de Ucrania de realizar un contraataque sostenido dependen en parte de que reciba armas adicionales de Occidente, incluidos cohetes que puedan neutralizar la enorme ventaja de la potencia de fuego rusa al golpear profundamente detrás de la línea del frente.