La crisis humanitaria en la ciudad portuaria asediada de Mariupol está aumentando la presión sobre Europa para que haga algo más.

Pero la decisión de apuntar al petróleo ruso, como han hecho Estados Unidos y Gran Bretaña, es una decisión difícil y divisiva para la UE de 27 países, que depende de Rusia para el 40% de su gas.

Los diplomáticos dijeron a Reuters que los países bálticos, entre ellos Lituania, están presionando para que se imponga un embargo como el siguiente paso lógico, mientras que Alemania, que depende en gran medida del gas ruso, está advirtiendo que no se debe actuar demasiado rápido debido a los ya elevados precios de la energía en Europa.

Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha calificado las acciones de Rusia como una "operación especial" destinada a desmilitarizar Ucrania y purgarla de lo que él considera peligrosos nacionalistas. Ucrania y Occidente dicen que son pretextos sin fundamento para una guerra agresiva.

Los ministros de Defensa también discutirán una "brújula estratégica", una nueva estrategia militar de la UE destinada a adaptar el bloque a una nueva realidad geopolítica.

"En Mariupol está ocurriendo un enorme crimen de guerra", dijo el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, al llegar a las reuniones. "Rusia está cometiendo muchos crímenes de guerra".