Las cifras de la consultora inmobiliaria CoreLogic, publicadas el martes, mostraron que el mercado se está calentando un poco, ya que los precios de la vivienda a nivel nacional subieron un 1,0% en diciembre, frente al 1,3% de noviembre y a un máximo del 2,8% a principios de año.
Los precios subieron un 22% en el año, con un salto del 26% en las regiones que superó el aumento del 21% en las capitales de los estados, en medio de un cambio hacia la vida en el campo.
Sídney sólo subió un 0,3% en diciembre, aunque eso todavía hizo que sus ganancias para el año fueran del 25% y produjo un valor medio de la vivienda de casi 1,1 millones de dólares australianos (790.460 dólares).
Melbourne experimentó un raro descenso del 0,1% en diciembre, pero Brisbane subió un 2,9% y Adelaida un 2,6%.
El auge ha sido una ganancia para los bolsillos de los hogares y la confianza de los consumidores. La Oficina Australiana de Estadística estima que el valor del parque de viviendas se disparó en un billón de dólares en los seis meses anteriores a septiembre hasta alcanzar los 9,3 billones de dólares australianos.
El mercado al rojo vivo acabó por tentar a los vendedores de Sídney y Melbourne, donde los listados aumentaron bruscamente a finales de año, lo que contribuyó a la desaceleración del mercado.
Aun así, el director de investigación de CoreLogic, Tim Lawless, señaló que las ventas de viviendas para todo el año 2021 se situaron en torno a un 40% por encima de la media de la década, con un récord de 653.000, lo que apunta a una fuerte demanda.
"Un desajuste tan significativo entre la oferta de vivienda disponible y el nivel de demanda es una razón fundamental por la que los precios de la vivienda han subido tan bruscamente", dijo Lawless.
"A medida que los niveles de existencias se normalizan y las limitaciones de asequibilidad, junto con el endurecimiento de las condiciones crediticias, arrastran la demanda, es razonable esperar que las condiciones de crecimiento sean más moderadas en 2022".
(1 dólar = 1,3916 dólares australianos)
