Durante la semana, Aleksandr es programador informático y Konstantin trabaja como autónomo en publicidad online.

Pero el sábado (29 de enero), los dos se reunieron con otros en una obra abandonada en las afueras de Kiev para entrenarse como reservistas del ejército ucraniano, listos para ser llamados a filas en caso de que estalle la guerra con la vecina Rusia.

Nervioso por la amenaza de unas 120.000 tropas rusas concentradas cerca de la frontera con Ucrania, Kiev ha lanzado este año una nueva fuerza de Defensa Territorial.

Quiere convertirla en un cuerpo de unas 130.000 personas.

Puede que tengan pocas posibilidades contra el ejército profesional ruso, mucho más grande y mejor equipado.

Pero el grupo podría encargarse de proteger los lugares civiles de Kiev en medio de cualquier conflicto.

Konstantin había evitado cualquier contacto con el ejército después de servir un año en la región oriental del Donbass en 2014 durante la movilización general de Ucrania.

Sin embargo, ahora quiere estar preparado.

"Realmente no se ajusta a mi vida. Realmente no quería esto. Después de la desmovilización, evité todo lo relacionado con la guerra. Supongo que he tenido un descanso lo suficientemente grande de ella, pero ahora la situación es tal que se necesita".

Alrededor de 70 lugareños acudieron a entrenar el sábado.

Algunos con equipo completo de infantería, con rifles de caza y experiencia de combate de cuando Rusia se anexionó Crimea en 2014.

Otros, en zapatillas de deporte y ropa deportiva informal, recibieron rifles de madera de imitación.

Aleksandr dijo que quiere alistarse antes de que sea demasiado tarde.

"Estoy en la mitad de la treintena y es el momento de alistarme. Y entonces... Entiendo que mucha gente ha crecido más rápido (que yo), como que tienen 18 años, pueden participar y defender nuestro país. Pero para mí, éste es el momento".

Estados Unidos ha advertido que una intervención militar es probable e inminente.

Y Occidente ha amenazado a Rusia con fuertes sanciones económicas si vuelve a invadir Ucrania.

Moscú insiste en que no quiere una guerra, pero también ha rechazado los llamamientos para que retire sus tropas, diciendo que puede desplegarlas como considere oportuno en su propio territorio.

Ha citado la respuesta occidental como prueba de que es el objetivo, no el instigador, de la agresión.