Nagaenthran Dharmalingam, de 34 años, lleva más de una década en el corredor de la muerte por traficar con 43 gramos (1,5 onzas) de heroína en Singapur. El mes pasado perdió su última apelación contra la ejecución.

El Tribunal Supremo escuchará el martes otra moción presentada por Dharmalingam y su madre. Los detalles de la moción no están claros.

"No quiero perder la esperanza hasta el día", dijo su primo, Thenmoli Sunniah, refiriéndose a la fecha en la que la familia dice que está prevista la ejecución, el 27 de abril. La familia de Dharmalingam se situó en el perímetro del parque, ya que las leyes de Singapur no permiten la entrada de extranjeros en las protestas.

Sus abogados y activistas han dicho que el coeficiente intelectual de Nagaenthran fue encontrado en 69, un nivel reconocido como discapacidad intelectual.

La vigilia estuvo acompañada de discursos, oraciones y actuaciones musicales. Los participantes llevaban camisetas con lemas que pedían la abolición de la pena de muerte.

La vigilia fue también por otro malayo condenado a muerte en Singapur, Datchinamurthy Kataiah, que fue declarado culpable de traficar con 45 g de diamorfina.

El caso de Dharmalingam ha atraído la atención internacional y un grupo de expertos de las Naciones Unidas y el multimillonario británico Richard Branson se han unido al primer ministro de Malasia y a los activistas de derechos humanos para instar a Singapur a que conmute su pena de muerte.

"Es innecesaria y anticuada y no nos hace más seguros, se dirige a la gente pobre y a la minoría", dijo un participante de 26 años en la vigilia, Jess Koh, refiriéndose a la pena de muerte.

El gobierno de Singapur afirma que la pena de muerte es un elemento disuasorio contra el tráfico de drogas y la mayoría de sus ciudadanos apoyan la pena capital.