Hombres armados entraron en la ciudad de Nouna hacia medianoche a bordo de todoterrenos y motocicletas, blandiendo Kalashnikovs y ametralladoras pesadas, dijeron las fuentes de seguridad.

Los militantes liberaron a unos 60 hombres de la cárcel de la ciudad, la totalidad de su población reclusa.

Burkina Faso está luchando contra una insurgencia yihadista que se ha extendido desde el vecino Mali durante la última década, donde los ataques violentos son sucesos semanales. Miles de personas han muerto en toda la región y millones se han visto obligadas a huir de sus hogares.

Durante el asalto a la prisión del fin de semana no murió nadie, pero un miliciano voluntario resultó herido de bala, según fuentes de seguridad. Varios camiones y motocicletas de la prisión fueron incendiados, y sus oficinas fueron destrozadas.

Ningún grupo ha reivindicado aún la autoría del ataque.

El asalto se produjo pocas horas después de que militantes desconocidos mataran al menos a 11 personas entre las localidades norteñas de Dori y Gorgadji, según dos funcionarios locales. Entre los muertos había nueve milicianos y dos civiles.

El ejército de Burkina Faso declaró el viernes que otros 11 soldados, milicianos y policías habían muerto en otros ataques durante la semana pasada, pero que más de 20 militantes habían sido abatidos en represalia.

La frustración por la incapacidad del gobierno para proteger a los ciudadanos ha espoleado las protestas en Burkina Faso que culminaron en un golpe militar en enero, el cuarto en África Occidental en 18 meses tras dos en Mali y uno en Guinea.