Toyoaki Nakamura, miembro del consejo de administración del Banco de Japón, afirmó el jueves que las perspectivas de la economía japonesa se ven empañadas por un nuevo repunte de los casos de pandemia, las persistentes limitaciones de la oferta y las subidas de los precios mundiales de las materias primas.

El nerviosismo de los mercados ante las agresivas subidas de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales para frenar la inflación galopante podría también provocar una salida de capitales de las economías emergentes y perjudicar el crecimiento mundial, añadió Nakamura.

Estos riesgos, y el hecho de que la brecha de producción de Japón siga siendo negativa, justifican que se mantenga una política monetaria ultra laxa, dijo.

"La economía japonesa está todavía en pleno proceso de recuperación de la caída inducida por la pandemia", dijo Nakamura en un discurso.

"Pasar a una postura de endurecimiento monetario, en un momento en que la demanda sigue siendo inferior a la oferta, perjudicaría a la economía y actuaría como un gran freno a la actividad de los hogares y las empresas", dijo.