Un vistazo a la jornada que nos espera en los mercados asiáticos de la mano de Jamie McGeever, columnista de mercados financieros.

Los mercados asiáticos se adentran en la última jornada bursátil de la semana incapaces de escapar del ánimo pesimista arraigado en las preocupaciones por los elevados rendimientos de los bonos estadounidenses, un dólar desbocado, el funk económico de China y ahora el posible impacto inflacionista del repunte de los precios del petróleo.

El crudo Brent está ahora más alto que hace un año, la primera vez desde enero que las variaciones interanuales de los precios han sido positivas. En otras palabras, en igualdad de condiciones, el petróleo está contribuyendo ahora a la inflación general en lugar de diluirla.

Lo más destacado del calendario de datos económicos regionales del viernes incluye una esperada revisión a la baja del crecimiento del PIB japonés del segundo trimestre, y los últimos datos de comercio, cuenta corriente y préstamos bancarios de Japón, que podrían mover al asediado yen. Es posible que los inversores asiáticos tampoco puedan desconectar del todo al cierre de la jornada del viernes: el sábado comienza la cumbre de líderes del G20 en Nueva Delhi, y ese mismo día también se publican las cifras chinas de inflación de los precios al consumo y al productor. La renta variable y los activos de riesgo estarán a la defensiva en la apertura del viernes tras la jornada bajista del jueves, aunque los rendimientos de los bonos del Tesoro y el petróleo se relajaron un poco desde sus recientes máximos.

El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, dijo que es una "cuestión abierta" si la Fed volverá a subir los tipos, pero los sólidos datos de solicitudes de subsidio de desempleo del jueves pusieron a los operadores de tipos en un estado de ánimo más halcón y el dólar alcanzó su nivel más alto desde marzo.

China sigue siendo un lastre para el sentimiento y el comportamiento de los mercados.

El yuan terrestre cayó el jueves a su nivel más débil desde diciembre de 2007, rozando los 7,33 por dólar e intensificando la presión sobre las autoridades para que detengan su caída. Por desgracia para Pekín, también pone de relieve las limitadas opciones disponibles. La tambaleante economía necesita estímulos, pero cualquier flexibilización significativa de la política monetaria empujará casi con toda seguridad al yuan aún más a la baja. Cuanto más se debilite el yuan, mayor será el riesgo de que los inversores saquen dinero de China y se agrave un bucle catastrófico de depreciación de las divisas, debilidad del mercado de activos y fuga de capitales. La cumbre de líderes del G20 comienza el sábado en Nueva Delhi. El presidente estadounidense Joe Biden estará allí y el presidente chino Xi Jinping no, una situación que no contribuirá en nada a mejorar los delicados y deteriorados lazos entre las dos superpotencias. El último giro -y potente simbolismo- es la represión de Pekín contra los empleados estatales que utilizan iPhones de Apple en el trabajo. Las acciones de Apple cayeron un 2,9% el jueves, arrastrando a Wall Street mayoritariamente a la baja. Los líderes mundiales y sus séquitos estarán sin duda ocupados, pero cualquier compra que puedan hacer merecerá la pena: la rupia india cerró el jueves a un mínimo histórico, a pesar de la probable intervención del banco central, a 83,21 por dólar.

He aquí los acontecimientos clave que podrían proporcionar más dirección a los mercados el viernes:

- PIB de Japón (Q2, revisado)

- Cuenta corriente de Japón (julio)

- Préstamos bancarios en Japón (agosto)