Por Laura Matthews, Carolina Mandl y Rae Wee

NUEVA YORK/SINGAPUR, 16 jul (Reuters) - Para los inversores internacionales con dinero en los mercados bursátiles chinos, las más recientes cifras económicas no son ningún consuelo y no hacen sino recordar que la recuperación por la que apuestan tardará en producirse.

Las cifras de crecimiento del segundo trimestre publicadas el lunes en China no sólo apuntan a una economía que crece por debajo del objetivo, sino que también muestran que no hay signos de mejora en su anémico sector inmobiliario y que el consumidor nacional es más pesimista y no está dispuesto a gastar.

Este telón de fondo es una señal para los inversores de que habrá que esperar mucho antes de que la segunda mayor economía del mundo sea capaz de lograr una recuperación significativa que eleve su mercado bursátil, que ha subido algo más del 1% este año.

"Ser inversor en China ahora mismo es frustrante", afirma Phillip Wool, director general de la gestora de activos estadounidense Rayliant Global Advisors.

Rayliant ha sido selectivo, pero ha comprado algunos valores chinos, lo que Wool asemeja a la inversión en valor, o una estrategia de selección de valores baratos con alto potencial de beneficios. Wool afirma que los precios acabarán corrigiendo al alza, pero no sabe cuándo.

Tras subir un 19% desde su mínimo de varios años en febrero hasta sus máximos en mayo, el índice de referencia chino CSI300 se mantuvo en un rango intermedio de 3.400-3.500 durante el mes pasado.

El índice compuesto de Shanghái también ha caído más de un 6% desde su máximo de ocho meses alcanzado en mayo.

La serie de medidas de apoyo adoptadas por Pekín a principios de año para apuntalar su alicaído mercado bursátil, que supuso un cambio de liderazgo en el regulador del mercado, había alentado las esperanzas de los inversores de que la marea podría estar cambiando y desencadenó un breve repunte.

Pero unos meses después, la vacilante recuperación económica del país y la persistente crisis inmobiliaria siguen siendo un lastre, al que se suman los retos geopolíticos, como las crecientes fricciones comerciales con la Unión Europea y las prolongadas tensiones con Estados Unidos.

"El problema con China es que se trata de un proceso de recuperación de varios años", dijo Michael Dyer, director de inversiones de multiactivos de M&G Investments.

Aunque las autoridades y el banco central parecen estar dando pasos en la dirección correcta, "no han llegado con la bazuca que quiere el resto del mundo. Todavía existe la incertidumbre geopolítica", dijo Dyer. "Así que hasta entonces, si esperan seguridad, no la van a tener".

A LA CAZA DE OPORTUNIDADES

No cabe duda de que algunos inversores se han lanzado a la compra, basándose en valoraciones atractivas y sólidos fundamentos, especialmente en el caso de empresas que se encuadran en los nuevos sectores de crecimiento del país, como la tecnología avanzada y la industria manufacturera.

Las acciones chinas están baratas. El índice S&P 500 cotiza a una relación precio/beneficio de 23, el Nikkei japonés cotiza a 22, el indio a 23 y el índice de referencia de Shanghái está a la mitad de esa cifra.

La relación precio/valor contable a 12 meses vista de la renta variable china también se sitúa en 0,95, frente a un valor de 1,26 para el conjunto de la región Asia-Pacífico.

"Como inversores en valor, no podemos ignorar las oportunidades de la renta variable china, pero tenemos que moderar nuestro entusiasmo dados los riesgos macroeconómicos y políticos a los que se enfrenta China", afirmó Kamil Dimmich, socio y gestor de cartera del fondo North of South Capital EM.

Está ligeramente infraponderado en el mercado chino en general, pero "mucho menos" que hace unos años, cuando las valoraciones eran elevadas.

Los flujos extranjeros a través del sistema Northbound Connect hacia acciones chinas apuntan a entradas por valor de 37.600 millones de yuanes (5.180 millones de dólares) hasta la fecha. Las entradas fueron de 43.700 millones de yuanes en 2023.

En general, la estimación media de los analistas parece ser que, si bien el máximo pesimismo hacia China ha pasado, la mayoría de los inversores siguen esperando al margen a que se produzca una recuperación más definitiva. Y la paciencia de los ya comprometidos se está poniendo a prueba.

"Es doloroso y estresante ir a la contra, asimilar toda la confianza negativa y ver los falsos comienzos de la recuperación", afirma Wool, de Rayliant. "Para bien o para mal, como inversor activo a largo plazo en China, estoy acostumbrado a esto".

(1 dólar estadounidense = 7,2651 yuanes chinos renminbi)

(Información de Laura Matthews y Carolina Mandl en Nueva York y Rae Wee en Singapur; editado por Vidya Ranganathan y Michael Perry; editado en español por Mireia Merino)