El alcalde de Pekín ha dicho al gobernador del fondo soberano de Arabia Saudí que espera que éste amplíe aún más sus negocios en la capital china, según informaron el miércoles los medios estatales.

El impulso diplomático de Pekín para cortejar a Arabia Saudí, aliado de Estados Unidos, se produce en medio de su frustración por lo que considera una instrumentalización de las políticas económicas por parte de Washington, que le empuja a ampliar sus lazos con países de Europa, Oriente Próximo y África.

China ofrece muchas oportunidades de inversión, dijo el alcalde, Yin Yong, a Yasir Al-Rumayyan, jefe del Fondo de Inversión Pública saudí, en una reunión celebrada el martes, según el diario oficial Beijing Daily.

Yin dijo que esperaba que el fondo guiara las inversiones bidireccionales de las empresas de ambos países, profundizando la cooperación en áreas como la inversión industrial, el desarrollo ecológico y la transición energética.

Al-Rumayyan dijo que esperaba mantener una estrecha comunicación e intercambios con Pekín para cooperar en materia de desarrollo sostenible y energías renovables, añadió el periódico.

El Fondo Saudí de Inversión Pública, uno de los mayores fondos soberanos del mundo, cuenta con una amplia cartera de inversiones, desde granjas de dátiles hasta conglomerados multinacionales.

China está experimentando un aumento de las inversiones procedentes de los fondos de las naciones del Golfo en un momento en el que algunas empresas financieras occidentales están frenando sus inversiones en el país, disuadidas por las preocupaciones sobre su recuperación económica y los riesgos geopolíticos.

El fondo soberano de Qatar ha acordado comprar una participación del 10% en la segunda mayor empresa de fondos de inversión de China, según informó Reuters el mes pasado, citando fuentes. China también aprobó recientemente sus primeros fondos cotizados que invierten en acciones de Arabia Saudí.

Aunque la cooperación económica entre Pekín y Riad sigue anclada en los intereses energéticos, los lazos en materia de comercio, inversión y seguridad se han ido ampliando. China es el principal socio comercial de Arabia Saudí.

El ambicioso plan Visión 2030 de Arabia Saudí pretende diversificar su economía alejándola de los combustibles fósiles para desarrollar un sector privado vibrante.

El gobierno del mayor exportador de petróleo del mundo espera que su incipiente industria manufacturera produzca algún día de todo, desde chips informáticos hasta neumáticos, en una transformación económica más amplia. (Información de Bernard Orr y de la redacción de Pekín; edición de Miral Fahmy y Clarence Fernandez)