Rusia ha estado reforzando sus fuerzas armadas y aumentando la producción de armas ante la expectativa de una larga guerra en Ucrania, donde las líneas del frente apenas se han movido en un año.

"No hay planes para una movilización adicional", se mostró a Shoigu diciendo a altos generales en la televisión estatal. "Las fuerzas armadas disponen del número necesario de militares para llevar a cabo la operación militar especial".

Shoigu, aliado del presidente Vladimir Putin, alabó el patriotismo de los que se habían alistado.

"Desde principios de año, más de 335.000 personas se han incorporado al servicio militar bajo contrato y en formaciones de voluntarios", dijo Shoigu. "Sólo en septiembre, más de 50.000 ciudadanos firmaron contratos".

Esas cifras indican que Rusia ha hecho progresos significativos tanto en la firma de contratos de reclutas como en la absorción de muchos combatientes de la fuerza mercenaria Wagner en "formaciones voluntarias".

Putin ordenó una "movilización parcial" de 300.000 reservistas en septiembre del año pasado, lo que provocó que cientos de miles de jóvenes huyeran de Rusia para evitar ser enviados a luchar.

Putin ha dicho en repetidas ocasiones que no hay necesidad de repetir la movilización, que algunos funcionarios rusos dicen que fue un error ya que provocó que tantos se marcharan.

La invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022 desató una guerra que ha devastado franjas del este y el sur de Ucrania, ha matado o herido a cientos de miles de hombres y ha desencadenado la mayor ruptura de los lazos de Rusia con Occidente en seis décadas.

Putin dice que está luchando contra una alianza occidental que libra una guerra por poderes para disminuir a Rusia política y militarmente, mientras que los líderes occidentales afirman que sus sanciones económicas y su apoyo militar a Ucrania son una respuesta directa a la agresión de Moscú.