Moscú rechazó las ofertas de Naciones Unidas para ayudar a los residentes afectados por las inundaciones de la presa de Kakhovka rota, según declaró el domingo el organismo mundial, mientras aumentaba el número de muertos y el agua sucia ha obligado a cerrar playas en el sur de Ucrania.

El colapso de la presa controlada por Moscú el 6 de junio desató inundaciones en el sur de Ucrania y en partes de la región de Kherson ocupadas por Rusia, destruyendo casas y tierras de cultivo y cortando los suministros a los residentes.

El número de muertos ha aumentado a 52. Las autoridades rusas declararon que 35 personas habían muerto en las zonas controladas por Moscú y el Ministerio del Interior ucraniano dijo que 17 habían muerto y 31 estaban desaparecidas. Más de 11.000 personas han sido evacuadas en ambos bandos.

La ONU instó a Rusia a actuar de acuerdo con sus obligaciones en virtud del derecho humanitario internacional.

"No se puede negar la ayuda a la gente que la necesita", dijo en un comunicado Denise Brown, coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania.

Ucrania acusa a Rusia de volar la presa de la era soviética, bajo control ruso desde los primeros días de su invasión en 2022.

Un equipo de expertos jurídicos internacionales que asiste a los fiscales ucranianos en su investigación dijo que era "

altamente probable

" que el colapso de la presa fuera causado por explosivos colocados por los rusos.

El Kremlin acusó a Kiev de sabotear la presa hidroeléctrica, que contenía un embalse del tamaño del Gran Lago Salado estadounidense.

Las autoridades de Odesa cerraron las playas del Mar Negro, antaño populares allí, prohibiendo el baño y el consumo de pescado y marisco de procedencia no identificada.

"Las playas de Odesa han sido declaradas no aptas para el baño debido al importante deterioro del agua... y al peligro real para la salud", declaró la administración de Odesa en la aplicación de mensajería Telegram.

Los análisis del agua realizados la semana pasada mostraron niveles peligrosos de salmonela y otros "agentes infecciosos", según las autoridades ucranianas. También se realizaron controles para detectar el cólera.

Aunque las aguas se han retirado, el río Dnipro, sobre el que se construyó la presa de Kajovka, ha arrastrado toneladas de escombros al Mar Negro y a la costa de Odesa, provocando lo que Ucrania calificó de "ecocidio".

Se espera que empeoren los niveles de sustancias tóxicas en los organismos marinos y en el lecho marino, lo que aumentará el riesgo de las minas terrestres que están llegando a la costa.

"Podemos olvidarnos de las vacaciones durante un año", declaró la semana pasada la emisora ucraniana Suspilne citando a Viktor Komorin, director del Centro de Ecología Marina. (Reportaje de Lidia Kelly, Michelle Nichols, Ron Popeski; Redacción de Lidia Kelly y Ron Popeski; Edición de Lincoln Feast, Chris Reese y Gerry Doyle)