El país, de 22 millones de habitantes, no puede pagar las importaciones esenciales de alimentos, fertilizantes, medicamentos y combustible debido a la grave escasez de dólares.

El ministro de energía y electricidad, Kanchana Wijesekera, dijo que se estaban preparando nuevos envíos de combustible, pero que el país está luchando por conseguir fondos suficientes para pagar, ya que el banco central sólo puede suministrar unos 125 millones de dólares.

A Sri Lanka sólo le quedan 12.774 toneladas de gasóleo y 4.061 toneladas de gasolina en sus reservas gubernamentales, dijo a los periodistas en Colombo, el centro comercial de la nación insular.

"Esta semana necesitaremos 316 millones de dólares para pagar los nuevos envíos. Si añadimos dos envíos de crudo, esta cantidad se dispara a 587 millones de dólares", dijo Wijesekera.

Se espera que el primer envío de 40.000 toneladas de gasóleo de Coral Energy llegue en torno al 9 de julio y hay que hacer un pago parcial de 49 millones de dólares por un segundo envío de Vitol antes del jueves.

Ante la grave limitación de las existencias de gasóleo y gasolina, Sri Lanka cerró la semana pasada las escuelas, pidió a los empleados públicos que trabajaran desde casa y restringió el suministro de combustible del gobierno a los servicios esenciales.

El ministro dijo que el país tendrá que intentar conseguir fondos en el mercado abierto y buscar opciones de pago más flexibles por parte de los proveedores.

Se están discutiendo planes para liquidar los 800 millones de dólares que se deben a siete proveedores por las compras realizadas este año, dijo.

Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) seguirán manteniendo conversaciones con Sri Lanka para un posible paquete de rescate de 3.000 millones de dólares, dijo el prestamista mundial la semana pasada tras concluir una visita de 10 días a Colombo.

Sin embargo, es poco probable que el FMI libere fondos de forma inmediata, ya que el país tiene que conseguir primero que su deuda sea sostenible.