Aquellos de ustedes que esperan febrilmente la columna diaria de Eduardo Quinonez difícilmente se sorprenderán: más del 70% de los inversores piensan que la Fed dejará los tipos sin cambios. ¿Buenas o malas noticias? El sentido común normando le diría que "depende" de su punto de vista, del tiempo y del paso del tiempo. Por el momento, es probable que la perspectiva de una pausa apoye al mercado de renta variable y, en particular, permita a las pequeñas y medianas empresas recuperar la salud. Sin embargo, una verdadera aceleración de la tendencia alcista sólo parece plausible en el caso de un escenario macroeconómico de "soft-landing" asociado a una bajada de los tipos de interés en un futuro próximo. Este es el escenario al que parecen querer aferrarse la mayoría de los inversores, como demuestran las expectativas sobre la trayectoria prevista de los tipos de interés en Estados Unidos.

Fuente: Bloomberg 

La otra posibilidad, actualmente favorecida por la propia Fed y por varios bancos de inversión estadounidenses, es considerar el statu quo de junio como una simple pausa en un ciclo de subidas de tipos que aún no ha terminado. Los rendimientos de los bonos a 2 y 10 años deberían entonces superar sus máximos de octubre pasado, con un efecto de arrastre sobre los valores tecnológicos, como ocurrió en 2022. Por lo tanto, un inversor bien informado estará atento a cualquier signo de debilidad en este segmento durante las próximas semanas para validar una u otra de estas hipótesis.

Hay, sin embargo, un tercer escenario que ha quedado un poco relegado a un segundo plano: el de una recesión económica. Ha quedado relegada a un segundo plano porque durante meses hemos oído hablar mucho de ella, pero no hemos visto que se produzca nada concreto. Si la caída de la confianza de los consumidores se combina con el final del periodo de utilización de los ahorros generados durante el periodo Covid, es una apuesta segura que el gasto de los consumidores estadounidenses se desplomará rápidamente, llevándose consigo al mercado de valores. En ese momento, la Reserva Federal estadounidense bajará los tipos de interés en un intento de frenar la crisis económica y financiera, independientemente del nivel de inflación hasta el próximo ciclo.