Delegaciones de países, ONG y representantes de la industria se reunieron esta semana en París para la segunda ronda de conversaciones de la ONU con vistas a un pacto jurídicamente vinculante para frenar la explosión de residuos plásticos, que según las previsiones casi se triplicará en 2060, con cerca de la mitad acabando en vertederos y menos de una quinta parte reciclados, según un informe de 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Aunque la primera mitad de los cinco días de negociaciones se dedicó a discutir cuestiones de procedimiento, las delegaciones se dividieron en dos grupos para debatir la gama de medidas de control que pueden adoptarse para detener la contaminación por plásticos, así como si los países deben desarrollar planes nacionales o establecer objetivos globales para atajar el problema.

Al cierre de la sesión del viernes, los países acordaron preparar un texto de "borrador cero" de lo que sería un tratado sobre plásticos jurídicamente vinculante y trabajar entre las sesiones de negociación en cuestiones clave como el alcance y los principios del futuro tratado.

El texto del "borrador cero" reflejaría las opciones de las variadas posturas de los distintos países para el inicio de la próxima ronda de conversaciones que se celebrará en Nairobi (Kenia) en noviembre.

"El llamamiento que les hice al comienzo de esta sesión fue que hicieran valer París. Ustedes lo han hecho proporcionándonos colectivamente un mandato para un borrador cero y el trabajo entre sesiones", declaró Jyoti Mathur-Filipp, secretaria ejecutiva del Comité Intergubernamental de Negociación (INC) sobre la Contaminación por Plásticos en la sesión plenaria de clausura.

El inicio de las negociaciones se vio empantanado por más de dos días centrados en las normas de procedimiento de las conversaciones.

Arabia Saudí, Rusia y China encabezaron las objeciones a que las decisiones del tratado se adoptaran por mayoría de votos en lugar de por consenso. Un consenso daría a uno o unos pocos países la capacidad de bloquear la adopción.

Marian Ledesma, activista de Greenpeace Filipinas, declaró a Reuters que si el proceso del INC permite la adopción por consenso en lugar de por mayoría, "bloqueará muchas disposiciones importantes".

"La votación permite que el mayor número posible de Estados pueda apoyar el tratado y nos permite avanzar", afirmó.

La cuestión aún no se ha resuelto del todo y se planteará en la próxima ronda de conversaciones.

El miércoles por la noche, los negociadores pudieron avanzar en el fondo de las conversaciones, fijando sus posiciones sobre si la producción de plástico debe limitarse, si los plásticos "problemáticos" deben reducirse y si el tratado debe establecer objetivos nacionales o permitir que los países fijen sus propios planes.

"No tenemos tiempo que perder. Ahora tenemos menos tiempo que perder", declaró el representante de Samoa en nombre de las pequeñas naciones insulares en las conversaciones del miércoles, añadiendo que los estados insulares se enfrentan a los perjuicios de una mala gestión de los residuos y de la sobreproducción de plástico.

Un grupo informal de países denominado "Coalición de Gran Ambición", que incluye países de la UE así como Japón, Chile y naciones insulares, quiere objetivos globales para reducir la producción de plástico y la contaminación, así como restricciones sobre ciertos productos químicos peligrosos.

Países como Estados Unidos y Arabia Saudí se han mostrado partidarios de planes nacionales en lugar de objetivos globales para atajar el problema.

Tadesse Amera, copresidente de la Red Internacional para la Eliminación de Contaminantes, afirmó que ante la creciente preocupación pública por la crisis de la contaminación por plásticos, es necesario que las negociaciones desemboquen en un acuerdo sólido.

"Es mucho lo que está en juego, pero somos optimistas por la creciente concienciación de los delegados sobre la necesidad de controles globales de las sustancias químicas en los plásticos y de límites en la producción de plásticos", afirmó.