El conflicto entre las comunidades teke y yaka, que comenzó en 2022 por una disputa de tierras, provocó un deterioro de la situación humanitaria y de seguridad en varias provincias cercanas a la capital, Kinshasa.

Al menos 3.000 personas han muerto y más de 150.000 han sido desplazadas por el conflicto, según Naciones Unidas.

En los enfrentamientos de la provincia de Mai-Ndombe murieron 10 militantes de Mobondo, aliados de la comunidad Yaka, y un soldado, según declararon a Reuters el jefe de la aldea, Stany Libie, y el líder de la sociedad civil, Martin Suta.

Ambos acusaron al gobierno de no poner fin al conflicto.

"La gente está muriendo, las aldeas se están vaciando, los soldados están cayendo, y nos preguntamos por qué el gobierno ha sido incapaz de tomar medidas efectivas para resolver este problema de una vez por todas durante los últimos dos años", dijo Libie.

El ejército del Congo no respondió inmediatamente a las solicitudes de Reuters para hacer comentarios.