Hasta ahora, Estados Unidos y la UE han tratado de mostrarse conciliadores respecto al proyecto de ley, y dijeron la semana pasada que tratarían de abordar las preocupaciones del bloque sobre el paquete, conocido como Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos.

A los miembros de la UE les preocupa que el proyecto de ley de 430.000 millones de dólares, con generosas exenciones fiscales para las empresas estadounidenses, pueda perjudicar a las empresas europeas, desde los fabricantes de automóviles hasta los de tecnología ecológica.

Está previsto que los funcionarios de ambas partes aborden la cuestión en una reunión la próxima semana, pero Bernd Lange, presidente de la comisión de comercio del parlamento de la UE, dijo que ya no espera una solución negociada, ya que sólo podrían acordarse pequeños cambios a través de las conversaciones.

"No creo que cambie mucho en el fondo, porque la ley ya ha sido aprobada", dijo Lange, citado por el grupo mediático Funke, y añadió que quejarse a la OMC haría que se enviara el mensaje de que el proyecto de ley era incompatible con las normas de la organización.