El país del sur de África reintrodujo su moneda en 2019 tras una década de dolarización, pero ha sufrido un fuerte descenso bajo la presión de la aguda escasez de divisas y la escasa confianza en la economía.

La economía de Zimbabue está luchando por revivir tras años de hiperinflación y una política errática. Se recuperó en 2021 y Ncube ha previsto un crecimiento económico del 5,5% este año.

Tras prohibir inicialmente el uso de divisas para las transacciones nacionales en junio de 2019, el gobierno permite ahora que la moneda local circule junto al dólar estadounidense y otras divisas.

También cobra una serie de impuestos -incluidos los cánones sobre los minerales, los derechos de importación de vehículos y sobre los ingresos de las exportaciones- en moneda extranjera, una política que, según los críticos, demuestra que el gobierno no tiene confianza en su propia moneda.

Pero el viernes, Ncube dijo que los exportadores pagarían ahora hasta el 40% de sus impuestos en moneda local, mientras que los mineros pueden pagar el 50% de los cánones en dólares de Zimbabue. Anteriormente, los cánones y los impuestos a la exportación se gravaban al 100% en moneda extranjera.

Los impuestos sobre la importación de vehículos, que antes también se cobraban íntegramente en moneda extranjera, pueden pagarse ahora tanto en moneda local como en moneda extranjera a partes iguales.

"Las medidas reflejan el compromiso del gobierno de promover un uso más amplio del dólar de Zimbabue y de fortalecer continuamente la economía para construir una estabilidad macroeconómica duradera", dijo Ncube en un comunicado.

Los exportadores, especialmente los mineros, se han quejado de que el pago de impuestos en moneda extranjera ha afectado a su viabilidad.

La moneda local se ha debilitado desde los 2,5 frente al dólar cuando se reintrodujo, hasta los niveles actuales de 116 frente al dólar en el mercado oficial. Llega a cotizar a 240 por dólar en el mercado negro.