La herramienta de búsqueda en Internet más utilizada del mundo dijo el miércoles que la ampliación de sus políticas de eliminación a nivel mundial se produjo tras la creciente demanda de los usuarios y la evolución de las normas sobre la amenaza que supone el fácil acceso a los datos de contacto.

"Las investigaciones nos han indicado que hay una mayor cantidad de información personal identificable que los usuarios consideran sensible", declaró en una entrevista exclusiva Michelle Chang, responsable mundial de políticas de búsqueda de Google. "Cada vez están menos dispuestos a tolerar este contenido en línea".

Hasta ahora, Google sólo aceptaba solicitudes de eliminación de páginas web que compartieran información de contacto junto con algún tipo de amenaza o que exigieran un pago para su eliminación. También ha suprimido los enlaces a números de cuentas bancarias y tarjetas de crédito y a historiales médicos.

En los últimos años ha recibido decenas de miles de solicitudes al año y ha aprobado alrededor del 13% de ellas. Chang dijo que esperaba que la tasa de aprobación aumentara con las normas ampliadas, que también permiten eliminar enlaces a credenciales de inicio de sesión confidenciales.

Las antiguas políticas de Google permiten solicitar la retirada de resultados que dirijan a pornografía no deseada y, en Europa, a información personal "inexacta, inadecuada, irrelevante o excesiva". El año pasado, Google empezó a permitir la retirada de fotos de menores.

Chang afirmó que, a la hora de sopesar las solicitudes en virtud de la política de información de contacto, Google tratará de preservar la disponibilidad de los datos en aras del interés público. Tampoco eliminará información que "aparezca como parte del registro público en los sitios de fuentes gubernamentales u oficiales".

La empresa afirmó que suele procesar las solicitudes en unos pocos días.

Se puede seguir accediendo a las páginas web que Google retira a través de otros motores de búsqueda o directamente, y Chang dijo que se anima a los usuarios a ponerse en contacto con los editores para abordar "la raíz del problema".