Los hackers mercenarios apuntan cada vez más a los bufetes de abogados en un intento de robar datos que podrían inclinar la balanza en casos legales, afirman las autoridades francesas y británicas, haciéndose eco de una investigación de Reuters que descubrió el fenómeno el año pasado.

En un par de informes publicados la semana pasada, los organismos de vigilancia cibernética de Francia y el Reino Unido catalogaron una serie de retos digitales a los que se enfrentan los bufetes de abogados, incluidas las amenazas planteadas por el ransomware y los iniciados malintencionados. Ambos destacaron también los peligros que plantean los hackers mercenarios contratados por los litigantes para filtrar información sensible de sus oponentes en los tribunales.

El Centro Nacional de Ciberseguridad (NCSC, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, afirmó en su informe publicado el 22 de junio que cada vez era más frecuente ver "hackers a sueldo" contratados "para obtener ventaja en tratos comerciales o disputas legales".

Frances vigilante cibernético, conocido como ANSSI, dijo en su informe publicado el martes que los mercenarios con capacidades cibernéticas ofensivas estaban apuntando cada vez más al sector legal. La ANSSI citó un informe de Reuters del año pasado sobre cómo hackers mercenarios con base en la India estaban siendo reclutados para ayudar a influir en casos de alto perfil en Estados Unidos, Europa y otros lugares.

Esa historia -que se basaba en entrevistas con víctimas, investigadores, investigadores, antiguos funcionarios del gobierno estadounidense, abogados y piratas informáticos, además de una revisión de registros judiciales y miles de correos electrónicos- reveló que grupos de piratas informáticos con base en la India fueron responsables de una oleada de piratería informática de varios años de duración que tuvo como objetivo a unos 1.000 abogados de 108 bufetes diferentes de todo el mundo. Reuters mostró cómo los piratas informáticos hicieron un negocio del robo de documentos para sus clientes y, en algunos casos, intentaron introducir el material mal habido como prueba.

La investigación ha sido corroborada desde entonces por investigadores de Google, propiedad de Alphabet, y de Meta Platforms Inc, propietaria de Facebook.

El NCSC británico y el organismo de control francés ANSSI no respondieron inmediatamente a los correos electrónicos en busca de comentarios. (Reportaje de Raphael Satter)