(Añade interrogatorio del abogado de Google, párrafos 6-8)

WASHINGTON, 28 de septiembre - Apple y otros fabricantes de teléfonos inteligentes rechazaron acuerdos de reparto de ingresos que habrían ayudado al motor de búsqueda Bing de Microsoft y, en su lugar, mantuvieron a Google como motor de búsqueda por defecto, según testificó el jueves un ejecutivo de Microsoft.

Jonathan Tinter, un vicepresidente de Microsoft cuyo trabajo ha consistido en ayudar al crecimiento de Bing, testificó en el juicio antimonopolio del Departamento de Justicia de EE.UU. contra Google, de Alphabet, en el Tribunal de Distrito de Washington.

El DOJ acusa a Google de pagar 10.000 millones de dólares anuales a las operadoras de telefonía móvil y a los fabricantes de teléfonos inteligentes para garantizar que la búsqueda de Google sea la predeterminada en sus dispositivos. El gobierno argumenta que Google ha abusado de su monopolio en la búsqueda y en algunos aspectos de la publicidad de búsqueda.

Tinter afirmó que Bing ha luchado por hacerse con el estatus de predeterminado en los smartphones vendidos en Estados Unidos y que esta menor escala se tradujo en una búsqueda de peor calidad.

Bajo el interrogatorio del Departamento de Justicia, Tinter testificó que Bing no era el instalado por defecto en ningún smartphone Android o Apple vendido en EE.UU. en la última década, a pesar de que Microsoft ofrecía en ocasiones ceder más del 100% de los ingresos -o más- a su socio.

Un abogado de Google presionó a Tinter sobre si era el dinero o la mala calidad lo que impedía a Bing desbancar a Google como motor de búsqueda por defecto en smartphones y otros dispositivos.

Señaló un análisis realizado por Keystone Strategies en 2010, según el cual las personas que descubren Bing lo utilizan muy poco tiempo.

"El número de usuarios de Bing que se quedan es de un solo dígito", dijo. "Más de la mitad de los nuevos usuarios sólo tienen un día activo en Bing móvil antes de abandonarlo", dijo el abogado. Tinter declinó darle la razón. (Reportaje de Diane Bartz; Edición de Jonathan Oatis y Howard Goller)