FRANKFURT (dpa-AFX) - Para los inversores aurelianos, la semana bursátil ha ido muy mal hasta ahora. El anuncio de la dirección de que cambiaría de segmento y sólo cotizaría sus acciones en el Mercado No Oficial Regulado en lugar de en el Mercado No Oficial Cualificado provocó una gran incertidumbre en el mercado a principios de semana. El jueves, las acciones intentaron estabilizarse con una reciente subida del 3,5% hasta los 13,74 euros, tras desplomarse hasta un 40% desde el lunes. Esto se acercó al nivel más bajo desde 2012, que se marcó en marzo de 2020.

Los derechos de los accionistas de las acciones se preservarían en caso de un cambio de segmento, dijo la empresa. Pero parece que los inversores no estaban tan seguros. La analista Marie-Therese Grübner, de la banca de inversión Hauck Aufhäuser, ya escribió la víspera en un estudio que tal medida supondría una reducción significativa de las obligaciones de transparencia y divulgación y podría allanar el camino para una retirada completa de la bolsa.

Según Aurelius, ya no es necesario que la empresa recurra a las posibilidades de financiación del mercado extrabursátil cualificado para obtener fondos propios. Al mismo tiempo, la carga financiera y reglamentaria de cotizar en este segmento, que en algunos casos también conlleva desventajas en la actividad cotidiana, ha aumentado considerablemente en los últimos años, según la justificación adicional para el cambio de segmento previsto.

Según el experto Grübner, la primera razón en particular apunta a una posible retirada de la bolsa, sobre todo porque Aurelius se ha centrado ahora claramente en la financiación en el mercado privado. Para los inversores, un cambio de segmento sería sin duda una mala noticia. Desde el momento en que las acciones cotizan en el mercado regulado no oficial, una exclusión completa de la cotización no daría lugar a una oferta pública de adquisición y podría completarse simplemente mediante la aprobación del consejo de supervisión y del consejo de administración, continuó Grübner. El riesgo de exclusión de la cotización haría que la acción no fuera invertible para la mayoría de los inversores institucionales.

Grübner también consideró sorprendentes los planes de la dirección precisamente porque podían verse como una inversión completa de los intentos anteriores de recompensar más a los accionistas mediante recompras de acciones y dividendos./ajx/tih/jha/