PARÍS (dpa-AFX) - Francia siguió siendo el país europeo que más inversiones empresariales atrajo del extranjero el año pasado. Después de Estados Unidos, Alemania sigue siendo el segundo país europeo que más invierte en el país vecino, según Business France, la agencia de comercio exterior del Ministerio de Economía de París. Las empresas del Reino Unido ocupan el tercer lugar en cuanto a inversión extranjera en Francia.

"La tendencia se mantiene. Como en 2022, Alemania es, con diferencia, el primer inversor europeo en Francia", declaró este fin de semana Patrick Brandmaier, Director General de la Cámara de Industria y Comercio Franco-Alemana, a la agencia de prensa alemana Deutsche Presse-Agentur. Alemania es el primer socio comercial de Francia. Las inversiones y los flujos comerciales van de la mano. "Esto se debe al atractivo del mercado francés, su tamaño, su mano de obra cualificada y su proximidad".

La crisis del Mar Rojo ha demostrado las ventajas de invertir en los países vecinos. Muchas decisiones empresariales se basaron también en el deseo de reducir la huella de CO2.

La fabricación de automóviles, muy representada

"Vemos un nivel de inversión muy alto en todos los sectores", afirmó el responsable de la Cámara de Comercio. "Sectores como la automoción siguen siendo fuertes, lo que se refleja en las inversiones en baterías ACC con Total Energies, Saft y Mercedes-Benz". Las empresas alemanas también están invirtiendo mucho en el sector energético, como demuestra la asociación entre Siemens Energy y Air Liquide. "El sector químico también está bien representado: BASF ha invertido 300 millones de euros en su centro mundial de nylon en Chalampé (Haut-Rhin) para 2022, mientras que Bayer ha invertido en semillas."

Según Brandmaier, las inversiones alemanas en Francia no se concentran en la región fronteriza o en París. "Si nos fijamos en los asentamientos y las inversiones, nos damos cuenta de que las empresas alemanas invierten en todo el país".

Confirmación del rumbo reformista

El Gobierno francés atribuye el continuo interés de las empresas extranjeras a sus esfuerzos reformistas. "Seguimos aplicando reformas estructurales para crear empleos bien remunerados en todo el país, facilitar la actividad de los inversores y atraer proyectos en los ámbitos de la investigación, la producción, la digitalización y la descarbonización", declaró Bruno Le Maire, Ministro de Economía.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos en Francia (AmCham) también elogió la situación económica del país. "A pesar de un 2023 marcado por tensiones geopolíticas extremas, una crisis energética con alta inflación, escasez de materias primas y un mercado laboral tenso, la economía francesa está demostrando una vez más su resistencia y dinamismo y se mantiene a la cabeza del atractivo de Europa", declaró hace unos días. Sin embargo, desde la perspectiva de los inversores estadounidenses, Francia sigue padeciendo unos costes laborales elevados, un clima social problemático, una burocracia excesiva y una elevada presión fiscal./evs/DP/he