"De todas las conversaciones de ayer me dio la impresión de que quieren mantener el formato por el momento", declaró el miércoles el portavoz del gobierno, Steffen Hebestreit, tras la visita del primer ministro chino, Li Qiang, y de numerosos ministros a Berlín. En los círculos gubernamentales, sin embargo, se espera que dentro de unos meses se inicie un nuevo debate en el seno de la coalición del semáforo sobre la conveniencia de mantener este formato, normalmente reservado sólo a los socios más estrechos, en vista de las tensiones geopolíticas con Pekín.

Incluso antes de la visita del primer ministro chino, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, Michael Roth (SPD), había pedido que se interrumpieran las consultas gubernamentales. Sin embargo, el canciller Olaf Scholz calificó de importantes las conversaciones del martes. Sin embargo, al contrario que en el pasado, esta vez el gobierno alemán no había adoptado deliberadamente una declaración conjunta con la parte china. Además, se había evitado que se firmaran acuerdos por valor de miles de millones entre empresas alemanas y chinas al margen de las consultas gubernamentales. Sólo se firmó un diálogo sobre el clima y declaraciones de intenciones de algunos ministerios y empresas sobre una cooperación más estrecha en ámbitos como los trabajadores cualificados, la e-movilidad y la ayuda al desarrollo.

El trasfondo de esta situación es que el gobierno alemán describe cada vez más a China como un rival y un competidor en lugar de un socio en su estrategia de seguridad nacional, por ejemplo. Se está animando a las empresas a reducir la dependencia de la industria alemana de su socio comercial más importante y a esforzarse cada vez más por establecer cadenas de suministro con otros países asiáticos. Al mismo tiempo, Scholz subrayó que las inversiones mutuas siguen siendo lo correcto.

La visita de varios días de Li a Alemania, en su primer viaje al extranjero, también se vio ensombrecida por el hecho de que se negara a asistir a una rueda de prensa conjunta en Berlín para responder a las preguntas de los periodistas. "Creemos que estuvo mal", declaró el miércoles el portavoz del gobierno, Steffen Hebestreit. En un segundo plano se había intentado hacer cambiar de opinión a Li. Al final, sin embargo, sólo cabía elegir entre que el canciller Scholz no compareciera ante la prensa junto a Li o que accediera a la petición china de limitarse a hacer declaraciones. "Lo lamento mucho", dijo el portavoz. Durante la visita de Scholz a Pekín en noviembre, tampoco se permitió a los periodistas hacer preguntas.

El miércoles, el primer ministro chino visitó BMW y Siemens, entre otras empresas, en Baviera. El consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, destacó entonces la "estrecha colaboración entre el Grupo BMW y sus socios chinos". Según la empresa, los principales temas tratados con Li fueron la sostenibilidad, la electromovilidad y la interconexión del transporte.

(Informe de Andreas Rinke y Jörn Poltz; editado por Christian Götz. Si tiene alguna duda, póngase en contacto con nuestra redacción en berlin.newsroom@thomsonreuters.com (para política y economía) o frankfurt.newsroom@thomsonreuters.com (para empresas y mercados).