La instalación forzosa de contadores de prepago fue objeto de escrutinio el año pasado después de que el periódico The Times informara de que agentes de cobro que trabajaban en nombre de British Gas, de Centrica, habían instalado por la fuerza dichos contadores en los hogares de algunos clientes vulnerables.

Ofgem respondió con una prohibición temporal de esta práctica mientras elaboraba un nuevo código de buenas prácticas. Los contadores de prepago pueden provocar el corte del suministro a los clientes si no se recargan los contadores.

EDF, Octopus y Scottish Power de Iberdrola, tres de los mayores proveedores de energía del país, han cumplido ya las condiciones del código, según Ofgem.

Según el código, las empresas han llevado a cabo auditorías internas y se han comprometido a restablecer los métodos de no prepago y a ofrecer compensaciones a los hogares en los que no deberían haberse instalado contadores de prepago.

También deberán facilitar a Ofgem datos de seguimiento periódicos sobre las instalaciones de contadores de prepago.

Ofgem dijo que la instalación forzosa debe ser el último recurso de un proveedor de energía, pero que los hogares no deben poder acumular deudas insostenibles.

"Muchos hogares valoran el control que estos contadores de prepago ofrecen sobre las facturas y cómo pueden ayudar a elaborar un presupuesto, y los proveedores también deben poder recuperar la deuda para asegurarse de que esos costes no acaban en las facturas de los demás", dijo en un comunicado Tim Jarvis, director general de mercados de Ofgem.

Los contadores de prepago no podrán instalarse a la fuerza en los hogares de personas vulnerables, como los mayores de 75 años, ni en los hogares con niños menores de dos años.

También estarán protegidos los hogares que tengan residentes con problemas graves de salud o que necesiten mantenerse calientes por razones médicas.