BONN (dpa-AFX) - Deutsche Post quiere seguir entregando en el futuro cartas y paquetes en toda Alemania, pero exige unas condiciones marco adecuadas. El director general saliente del grupo, Frank Appel, declaró el jueves en la asamblea general anual de Correos en Bonn que la empresa quiere seguir siendo en el futuro un proveedor de servicio universal. Esto incluye la obligación de reparto a escala nacional, es decir, también en el campo, donde el reparto es relativamente caro. Appel dejó claro, sin embargo, que una salida sería posible en caso de condiciones marco adversas. "Si el legislador nos obliga a que tengamos que tomar otras medidas, entonces tendremos que estudiarlo y ver qué pasa".

El directivo de 61 años, cuyo mandato finalizó el jueves, se refería a la reforma de la Ley Postal, que no ha sido modificada de forma significativa desde 1999. Por tanto, data de una época en la que las cartas eran mucho más importantes de lo que son hoy en día e Internet sólo desempeñaba un papel menor. Desde entonces, Correos ha tenido que cumplir obligaciones como garantizar que el 80% de las cartas enviadas por correo lleguen al destinatario al siguiente día laborable. Además, debe haber una oficina de correos en cada pueblo grande, que suele ser un comercio con un mostrador de correos. Además, los buzones deben ser fácilmente accesibles.

Actualmente, el Ministerio Federal de Economía trabaja en un proyecto de ley que deberá presentarse antes del verano. A principios de año, el ministerio había presentado un documento de puntos clave en el que anunciaba una "modernización fundamental del marco jurídico postal". En general, el anuncio seguía siendo bastante vago.

Appel calificó el contenido del documento de "mixto". "Es un poco la cuadratura del círculo: a uno le gustaba que continuara el servicio universal. A uno no le gustaba que subieran los precios. A uno le gustaba tener las mejores condiciones de trabajo y que siguiera existiendo competencia, y eso en un segmento en el que los beneficios se reducen". Especialmente los "nuevos pasos" previstos para reforzar la competencia postal en el mercado de la correspondencia, donde la empresa de Bonn tiene una cuota de mercado del 85%, están causando resentimiento en la sede central de Correos. Además, Correos señala que el franqueo en Alemania es relativamente barato en comparación con el resto de la UE.

Con su declaración sobre el servicio universal, Appel aborda una cuestión delicada. Pues está claro que ninguna otra empresa estaría dispuesta a repartir cartas por todo el país. Si Correos abandonara el servicio, la Agencia Federal de Redes podría obligarle a continuar con su reparto. Sin embargo, lo más probable es que entonces los precios de las cartas cambiaran significativamente.

Appel, que lleva muchos años al frente de la empresa, subrayó que "claramente no" era intención de la empresa retirarse del servicio universal. Su referencia a la posibilidad teórica de retirarse del servicio universal debe entenderse como una indirecta a los políticos para que no coloquen a Österreichische Post AG en una posición peor en la próxima reforma de la que ha estado hasta ahora.

En la Junta General de Accionistas, los representantes de los accionistas también subrayaron la importancia de la próxima reforma. "La situación de los costes en el sector de la correspondencia y la paquetería debería conducir a una mayor flexibilidad en la entrega", afirmó Marc Tüngler, de la Deutsche Schutzvereinigung für Wertpapierbesitz (DSW).

Se refería a la idea de rebajar la cuota del 80% y permitir la entrega de cartas en dos niveles, en cuyo caso la mayoría de las cartas tardarían más en llegar al destinatario y algunas más caras llegarían antes. "El cliente puede elegir si quiere que una carta llegue a su destino más o menos rápido", dijo Tüngler. Esto tiene sentido, dijo, si el plazo de entrega más largo es más barato que el que se ofrece actualmente.

Appel, que en el futuro quiere concentrarse en su papel de presidente del consejo de supervisión de Telekom, convirtió el Bundespost, privatizado en los años 90, en una gran corporación global que ahora sólo genera una sexta parte de su beneficio operativo en su negocio principal, es decir, la entrega nacional de cartas y paquetes. Las perlas de los beneficios son los servicios exprés globales y el negocio de transporte de mercancías.

El sucesor de Appel será Tobias Meyer, de 47 años, que, al igual que su predecesor, trabajaba para la consultora de gestión McKinsey. Este hombre de 47 años forma parte del consejo de administración de Correos desde 2019, y ahora pasa a ocupar el puesto más alto. Recientemente anunció su intención de mantener el rumbo de su predecesor.

El Correo, que emplea a unas 600.000 personas en todo el mundo, un buen tercio de ellas en Alemania, ha experimentado años de fuerte crecimiento. Este año, sin embargo, se espera que los beneficios caigan debido al debilitamiento de la economía./wdw/DP/jha