Rusia está dispuesta a seguir suministrando gas a Europa a través de Ucrania después de que expire el actual acuerdo de tránsito a finales de 2024, según informaron el miércoles las agencias de noticias estatales rusas citando al viceprimer ministro Alexander Novak.

El futuro tránsito de gas depende de si Ucrania desea continuar con el acuerdo o no, según se le citó.

El acuerdo de cinco años sobre el tránsito de gas ruso a través de Ucrania hacia Europa, el único acuerdo comercial y político que queda entre los beligerantes Moscú y Kiev, expira después del 31 de diciembre de 2024.

Los suministros de gas ruso a Europa, antaño una fuente clave de ingresos para Moscú, han caído en picado tras la decisión del Kremlin de enviar decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero de 2022.

"El tránsito por su territorio depende de Ucrania. Tienen sus propias normas establecidas. Depende de su deseo. Rusia está dispuesta a suministrar", declaró Novak según la agencia estatal de noticias RIA.

Ucrania ha dicho que no tiene previsto prolongar el acuerdo de cinco años con el monopolio ruso de exportación de gas por gasoducto Gazprom ni firmar otro.

El mes pasado, un asesor presidencial azerí declaró a Reuters que la Unión Europea y Ucrania habían pedido a Azerbaiyán que facilitara las conversaciones con Rusia sobre el acuerdo de tránsito de gas.

Aunque la UE ha reducido la mayor parte de sus importaciones de gas ruso, algunos países centroeuropeos siguen dependiendo del gas procedente de Rusia a través del gasoducto que atraviesa Ucrania. Austria sigue recibiendo la mayor parte de su gas por esta vía.

En la actualidad, Rusia sólo exporta su gas natural a Europa por dos rutas: a través de un gasoducto de construcción soviética que atraviesa Ucrania y a través del gasoducto TurkStream a Turquía, que discurre por el lecho del Mar Negro.

Rusia suministró un total de unos 63,8 bcm de gas a Europa por diversas rutas en 2022, según datos de Gazprom y cálculos de Reuters. Ese volumen se redujo, en un 55,6%, a 28,3 bcm el año pasado.

En su punto álgido de 2018-2019, los flujos anuales hacia la región europea alcanzaron entre 175 bcm y 180 bcm.