Honeywell dijo que solicitará al máximo tribunal de Canadá que atienda un caso de fijación de precios de motores en el que está implicado el fabricante de reactores comerciales Bombardier, en una disputa que ha suscitado preocupación entre los fabricantes de aviones rivales por la revelación de términos confidenciales de las negociaciones comerciales.

Esto se produce después de que un juez de Quebec ordenara en diciembre a Honeywell que compartiera los registros que contienen información sobre los precios de los motores con un auditor independiente, creando un revuelo dentro del discreto mundo de la fabricación de reactores de negocios, según fuentes de la industria.

El Tribunal de Apelación de Quebec rechazó el mes pasado la petición de Honeywell de que se atendiera inmediatamente el caso.

Honeywell "tiene la intención de buscar una reparación ante el Tribunal Supremo de Canadá en el momento oportuno", dijo la compañía en un comunicado enviado por correo electrónico a Reuters. El Tribunal Supremo de Canadá selecciona los casos que conoce y no está claro si Honeywell tendrá éxito en sus esfuerzos.

Bombardier, que utiliza motores Honeywell en sus populares reactores de negocios Challenger 350, ha alegado que el proveedor estadounidense de estaba vendiendo sistemas de propulsión a sus rivales en condiciones más favorables, a pesar de las garantías de que el fabricante de aviones canadiense obtendría el mejor precio, según los expedientes judiciales.

El precio de los motores, un coste clave en la producción de reactores de negocios, suele ir acompañado de grandes descuentos y se vigila estrechamente entre proveedores y fabricantes de aviones para evitar dar una ventaja competitiva a los rivales.

La orden judicial hace temer que una auditoría pueda revelar información sensible sobre rivales como Textron Inc y Gulfstream Aerospace de General Dynamics Corp, según los expedientes y las fuentes.

Es la última disputa sobre este tipo de preocupaciones en el sector aeroespacial.

Una reciente disputa judicial entre Airbus y Qatar Airways desencadenó una batalla a tres bandas con Boeing sobre quién podría hacerse con uno de los contratos de los fabricantes de aviones estadounidenses con la aerolínea.

Este tipo de casos judiciales, que eran relativamente raros antes de la pandemia, han arrojado luz sobre el funcionamiento interno de la industria mundial de los aviones de 150.000 millones de dólares.

En su decisión del 15 de febrero, el Tribunal de Apelación de Quebec también rechazó la petición del fabricante de jets de negocios Cessna, Textron, de actuar como coadyuvante. Textron había argumentado que medidas como el recurso a un auditor no protegen adecuadamente la información "que corre el riesgo de encontrarse en manos de sus rivales, principalmente Bombardier", según muestran los archivos.

Textron y Gulfstream declinaron hacer comentarios.

Bombardier dijo que acogía con satisfacción la decisión del 15 de febrero del Tribunal de Apelación, en línea con la sentencia original y que impugnaría cualquier moción para solicitar permiso para apelar ante el Tribunal Supremo de Canadá. (Reportaje de Allison Lampert en Montreal, Reportaje adicional de Tim Hepher en París, Edición de Nick Zieminski Edición de Denny Thomas y Nick Zieminski)