La herramienta de aprendizaje automático, apodada Lisa o Inteligencia Lingüística para la Conciencia Supervisora, utiliza algoritmos de procesamiento del lenguaje para escanear documentos en busca de correlaciones y patrones de significado que ayuden a predecir tendencias futuras.

Lisa lee los textos mucho más rápido que los humanos y puede identificar correlaciones que no son inmediatamente obvias, dijo Intesa, citando como ejemplo la conexión que no era evidente hasta hace unos años entre el cambio climático y los riesgos crediticios.

Intesa cuenta con un equipo de personas que han trabajado con Lisa, validando sus resultados pero también ampliando su conocimiento de las cuestiones de regulación bancaria.

"La supervisión bancaria es un ámbito en el que es justo hablar de sobrecarga de información, con una producción de contenidos realmente masiva y exponencial", afirmó Walter Chiaradonna, jefe del departamento de dirección estratégica de supervisión de Intesa.

Chiaradonna enumeró "prácticas, entrevistas, declaraciones, textos y estudios en profundidad que a su vez generan una proliferación de información que resulta inmanejable sin un soporte adecuado".

Intesa dijo que el Banco Central Europeo también utilizó herramientas de inteligencia artificial (SupTech) para ayudar a cribar información como las actas de las reuniones de los consejos de administración o miles de conjuntos de datos y documentos requeridos a los más de 100 grandes bancos que el BCE supervisa directamente.