La decisión de JetBlue Airways de abandonar su alianza con American Airlines ha mejorado sus posibilidades en el juicio sobre un acuerdo de 3.800 millones de dólares para comprar Spirit Airlines, pero puede no ser suficiente para darle una victoria, según los expertos antimonopolio.

En su demanda presentada en marzo con el objetivo de detener la compra de Spirit por JetBlue, el Departamento de Justicia de EE.UU. (DOJ) citó varias veces como prueba la alianza de JetBlue con American en los aeropuertos de Nueva York y Boston.

Calificando la alianza de "fusión de facto", el DOJ argumentó que la compra propuesta por JetBlue de Spirit, una aerolínea de coste ultrabajo con sede en Florida, conduciría a una mayor concentración del sector.

El miércoles, el consejero delegado de JetBlue, Robin Hayes, dijo que poner fin a la asociación con American ha eliminado las preocupaciones "fuera de lugar" del DOJ y ayudaría cuando el caso Spirit vaya a juicio en octubre.

Eleanor Fox, profesora de antimonopolio de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, dijo que JetBlue habría tenido aún más difícil ganar el juicio de Spirit al estar en alianza con American porque había convertido a la aerolínea en un actor más importante en ciertos mercados.

"Mejora las posibilidades de que JetBlue-Spirit gane el juicio", dijo Fox.

El ex presidente de la Comisión Federal de Comercio, William Kovacic, que ahora imparte clases en la facultad de derecho de la Universidad George Washington, dijo que la aerolínea tuvo que elegir entre la alianza y la fusión con Spirit, ya que ambas no podían sobrevivir al escrutinio regulador.

La alianza había permitido a JetBlue acceder a las franjas horarias de los aeropuertos y a los clientes de American, permitiéndole añadir nuevas rutas y operar más vuelos desde los aeropuertos de Nueva York y Boston.

Sin embargo, JetBlue, con sede en Nueva York, ve el acuerdo con Spirit como una forma de ampliar su huella nacional en medio de la persistente escasez de mano de obra y aviones. Intentó comprar Virgin America en 2016, pero perdió ante Alaska Air Group.

Para abordar las preocupaciones antimonopolio, JetBlue acordó el mes pasado ceder todas las participaciones de Spirit en el aeropuerto LaGuardia de Nueva York a Frontier Group Holdings si logra cerrar el acuerdo.

James Speta, profesor de derecho de la Universidad Northwestern, no está seguro de que la disolución de la Alianza del Noreste y la desinversión prevista sean suficientes para que JetBlue prevalezca en la demanda del DOJ.

Una combinación JetBlue-Spirit cambiará "significativamente" el panorama estadounidense de las aerolíneas de bajo coste y dará lugar a una mayor consolidación, afirmó.

American, Delta, United y Southwest Airlines controlan casi el 80% del sector aéreo estadounidense.

En su demanda, el DOJ afirmó que la adquisición de Spirit dejaría a decenas de millones de viajeros ante tarifas más elevadas y menos opciones.

"Todavía se puede argumentar en contra de la fusión", dijo Speta. (Reportaje de Rajesh Kumar Singh en Chicago y Diane Bartz en Washington; Reportaje adicional de David Shepardson; Edición de Richard Chang)