SINGAPUR, 17 feb (Reuters) - China importaría una cantidad récord de crudo en 2023 debido al aumento de la demanda de combustible a medida que la gente viaja más tras el levantamiento de los controles por el COVID-19 y como resultado de la puesta en marcha de nuevas refinerías, según los analistas.

La perspectiva de una fuerte demanda por parte del mayor importador mundial de crudo será otro factor alcista para un mercado petrolero ya apoyado por los recortes de producción del grupo de productores OPEP+ y las sanciones occidentales a las exportaciones rusas.

Según los analistas de cuatro consultoras del sector -Wood Mackenzie, FGE, Energy Aspects y S&P Global Commodity Insight-, las importaciones chinas de crudo podrían aumentar entre 500.000 y 1 millón de barriles diarios (bpd) este año, a 11,8 millones de bpd, invirtiendo el descenso de los dos años anteriores y superando el récord de 10,8 millones de bpd de 2020.

Sus estimaciones coinciden con las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Desde la eliminación de los controles por el COVID en diciembre, la demanda china de gasolina y combustible para aviones ha aumentado.

Sun Jianan, analista de Energy Aspects, calcula que la gasolina y el combustible para aviones representarán en torno al 50% y el 30% del crecimiento total de la demanda de combustibles líquidos, respectivamente. El consumo de combustible para aviones, según Sun, alcanzaría el 90% de los niveles anteriores al COVID a finales de 2023.

La demanda de diésel -un combustible clave para la industria y el transporte- y de nafta, materia prima de la petroquímica, podría crecer más lentamente, ya que la recuperación de los sectores manufacturero e inmobiliario de China tardará más en materializarse, según Mia Geng, analista de FGE, y Sun, de Energy Aspects.

"El estímulo económico, junto con la expansión de las infraestructuras en 2023, sentará las bases para una sólida recuperación del consumo de diésel", afirmó Wang Zhuwei, analista de S&P Global Commodity Insight.

Con el aumento del consumo interno y los lucrativos mercados de exportación a los que abastecer, las cuatro consultoras prevén que las refinerías chinas aumenten su producción de crudo entre 850.000 y 1,2 millones de barriles diarios con respecto a los niveles de 2022, lo que supone un incremento de entre el 6% y el 9%.

El año pasado, las refinerías chinas registraron su primer descenso anual de producción desde 2001.

Según la consultora china Longzhong, las refinerías estatales aumentaron su producción en la primera semana de febrero un 5,5% respecto a enero, a un promedio del 74,5% de su capacidad.

"Hemos intentado maximizar nuestras operaciones en enero y febrero, ya que los márgenes han mejorado gracias al menor costo del crudo y al fuerte repunte de las ventas de gasolina", declaró un funcionario petrolero estatal de Pekín.

Como muestra de esta tendencia, Unipec, la rama comercial de Sinopec, la mayor refinería asiática, se ha hecho con al menos 8,5 millones de barriles de crudo Upper Zakum de Abu Dabi en lo que va de febrero, lo que supone su segundo mes consecutivo de compras.

NUEVAS PLANTAS

Según los analistas, además de satisfacer la creciente demanda interna, las refinerías se verán incentivadas a aumentar su producción para mantener el flujo de exportaciones rentables y suministrar más materias primas al sector petroquímico.

Dos nuevas refinerías, Guangdong Petrochemical de PetroChina y Jiangsu Shenghong Petrochemical, con una capacidad combinada de 520.000 bpd, entrarán en funcionamiento comercial en los próximos meses, según fuentes del sector.

Una tercera refinería nueva, la planta de 400.000 bpd que está construyendo Shandong Yulong Petrochemical, también podría empezar a importar crudo para posibles pruebas a finales de 2023, dijo a Reuters una fuente de la empresa.

A pesar de todos los factores alcistas, los analistas citaron algunas razones para ser cautelosos con las previsiones de demanda.

"Aunque el aumento del ahorro familiar (durante la pandemia) está provocando la liberación de una demanda reprimida, la gente puede seguir desconfiando de la economía, especialmente a corto plazo", dijo Lin Yitian, analista de Woodmac.

"También hay obstáculos externos, ya que unas perspectivas económicas mundiales débiles presionarían al sector exportador chino".

Otros riesgos son la posibilidad de que resurjan las infecciones por COVID y la incertidumbre sobre la política china de exportación de combustibles, según los analistas.

(Reporte de Chen Aizhu, Muyu Xu y Trixie Yap en Singapur y Andrew Hayley en Pekín; Editado en Español por Ricardo Figueroa)