La perspectiva de una fuerte demanda por parte del mayor importador mundial será otro factor alcista para un mercado petrolero ya apoyado por los recortes de producción del grupo de productores OPEP+ y las sanciones occidentales a las exportaciones rusas.

Según los analistas de cuatro consultoras del sector - Wood Mackenzie, FGE, Energy Aspects y S&P Global Commodity Insight - las importaciones chinas de crudo podrían aumentar entre 500.000 y 1 millón de barriles diarios (bpd) este año hasta alcanzar los 11,8 millones de bpd, invirtiendo el descenso de los dos años anteriores y superando el récord de 10,8 millones de bpd de 2020.

Sus estimaciones coinciden con las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía.

Desde la eliminación de los controles COVID en diciembre, la demanda china de gasolina y combustible para aviones ha aumentado.

Sun Jianan, analista de Energy Aspects, calcula que la gasolina y el combustible para reactores representarán alrededor del 50% y el 30% del crecimiento total de la demanda de combustibles líquidos, respectivamente. El consumo de combustible para reactores, según Sun, alcanzaría el 90% de los niveles anteriores al COVID a finales de 2023.

La demanda de gasóleo -un combustible clave para la industria y el transporte- y de nafta, materia prima petroquímica, podría crecer más lentamente, ya que la recuperación de los sectores manufacturero e inmobiliario de China tardará más en materializarse, según Mia Geng, analista de FGE, y Sun, de Energy Aspects.

"El estímulo económico, junto con la expansión de las infraestructuras en 2023, sentarán las bases para una sólida recuperación del consumo de gasóleo", afirmó Wang Zhuwei, analista de S&P Global Commodity Insight.

Gráfico: Es probable que las importaciones chinas de crudo repunten hasta nuevos máximos en 2023 - https://fingfx.thomsonreuters.com/gfx/ce/jnvwyxnnovw/forecast%20of%20China%202023%20crude%20oil%20imports%20growth.jpg

Con el aumento del consumo interno y unos lucrativos mercados de exportación que abastecer, las cuatro consultoras prevén que las refinerías chinas aumenten su producción de crudo entre 850.000 y 1,2 millones de bpd con respecto a los niveles de 2022, lo que supone un incremento de entre el 6% y el 9%.

El año pasado, las refinerías chinas registraron su primer descenso anual del rendimiento desde 2001.

Según la consultora china Longzhong, las refinerías estatales elevaron su producción durante la primera semana de febrero un 5,5% respecto a enero, hasta una media del 74,5% de su capacidad.

"Hemos estado intentando maximizar nuestras operaciones en enero y febrero, ya que los márgenes han mejorado gracias al menor coste del crudo y al fuerte repunte de las ventas de gasolina", declaró un funcionario petrolero estatal con sede en Pekín.

En una señal de las tendencias, Unipec, el brazo comercial de la principal refinería asiática, Sinopec, se hizo con al menos 8,5 millones de barriles de crudo Upper Zakum de Abu Dhabi en lo que va de febrero, en lo que supuso su segunda racha de compras consecutivas.

Gráfico: Se prevé que las importaciones chinas de crudo repunten hasta un nuevo máximo en 2023.

NUEVAS PLANTAS

Además de satisfacer la creciente demanda interna, las refinerías también se verán incentivadas a aumentar las producciones para mantener el flujo de los rentables envíos de exportación y suministrar más materias primas al sector petroquímico, según los analistas.

Se espera que dos nuevas refinerías - Guangdong Petrochemical de PetroChina y Jiangsu Shenghong Petrochemical con una capacidad combinada de 520.000 bpd - entren en funcionamiento comercial en los próximos meses, según fuentes del sector.

Una tercera refinería totalmente nueva, la planta de 400.000 bpd que está construyendo Shandong Yulong Petrochemical, también podría comenzar a importar crudo para posibles pruebas de funcionamiento a finales de 2023, según dijo a Reuters una fuente de la empresa.

A pesar de todos los factores alcistas, los analistas citaron algunas razones para ser cautelosos con las previsiones de la demanda.

"Aunque el aumento del ahorro de los hogares (durante la pandemia) está provocando la liberación de una demanda reprimida, la gente puede seguir desconfiando de la economía, sobre todo a corto plazo", dijo Lin Yitian, analista de Woodmac.

"También hay vientos en contra externos, ya que unas perspectivas económicas mundiales débiles presionarían al sector exportador chino".

Otros riesgos son la posibilidad de que resurjan las infecciones por COVID y la incertidumbre sobre la política china de exportación de combustibles, según los analistas.