"Estamos revisando constantemente nuestras políticas en función de la evolución de la situación sobre el terreno y ahora estamos revisando activamente medidas adicionales para hacer frente a la desinformación y los bulos procedentes de las páginas del gobierno ruso", dijo el presidente de asuntos globales de Meta, Nick Clegg, en una llamada con periodistas.

Rusia ha luchado contra las grandes empresas tecnológicas para controlar los flujos de información en línea tras su invasión de Ucrania el 24 de febrero, que Moscú califica de "operación militar especial". Ha prohibido Facebook e Instagram, y ha estrangulado a Twitter ralentizando su servicio. Twitter dijo esta semana que no amplificará ni recomendará a los usuarios cuentas del gobierno ruso.

En su primer informe trimestral sobre amenazas adversas, Meta dijo que actores vinculados al gobierno de Rusia y Bielorrusia se habían dedicado al ciberespionaje y a operaciones encubiertas de influencia en línea, incluida una operación de influencia vinculada al KGB bielorruso.

Dijo que había habido otros intentos continuos de redes que había interrumpido previamente, incluyendo nuevos esfuerzos del actor de la amenaza Ghostwriter para hackear las cuentas de Facebook de docenas de miembros del ejército de Ucrania.

Meta dijo en el informe que también había eliminado una red de unas 200 cuentas operadas desde Rusia que se coordinaban para denunciar falsamente a personas, sobre todo en Ucrania y Rusia, por infracciones como la incitación al odio o el acoso.

Las denuncias masivas se coordinaban principalmente en un grupo de Facebook de temática culinaria que tenía unos 50 miembros cuando Meta lo retiró en marzo.

Meta dijo que también había eliminado decenas de miles de cuentas, páginas y grupos que intentaban utilizar la guerra en Ucrania para estafar a los usuarios y ganar dinero llevando a la gente a sitios web llenos de anuncios o vendiéndoles mercancías. Dijo que los spammers de todo el mundo habían utilizado tácticas como la transmisión de vídeos de juegos en directo o el reenvío de contenidos populares, incluidos los vídeos de otras personas desde Ucrania, para fingir que estaban compartiendo actualizaciones en directo de la crisis.

Meta detalló otros desmantelamientos, como la eliminación de dos operaciones de ciberespionaje desde Irán, una campaña de influencia en Brasil que se hacía pasar por activistas medioambientales que defendían la deforestación en el Amazonas, y una red en Filipinas que se atribuía el mérito de derribar y desfigurar sitios web de noticias.