En el marco de un impulso para construir una red global de materiales al servicio de la industria de los vehículos eléctricos, BASF ha buscado una serie de alianzas con mineros de cobalto y níquel.

Eso incluye una asociación en 2018 con la rusa Norilsk Nickel en Harjavalta (Finlandia), que suministrará metales a la planta de Schwarzheide.

"Pondremos en marcha la primera instalación aquí hacia finales de año", dijo el consejero delegado Martin Brudermueller a los periodistas después de que el canciller alemán Olaf Scholz visitara el martes el centro de producción.

El consejero delegado reiteró que el emplazamiento también reciclará las baterías de los vehículos eléctricos que queden fuera de servicio.

El negocio de materiales para baterías es uno de los dos grandes proyectos de inversión de BASF. El otro es la construcción de un nuevo complejo químico en Zhanjiang, China, por valor de 10.000 millones de euros (9.900 millones de dólares).

El grupo, que tiene previsto recortar puestos de trabajo en su sede de Alemania, competirá en el reciclaje de baterías principalmente con la belga Umicore.

(1 dólar = 1,0133 euros)