Hasta el 15 de julio, el interés en corto descendió a unos 13.058 millones de acciones, frente a los 13.173 millones del 30 de junio.

Los inversores que venden valores en "corto" toman prestadas acciones y luego las venden, esperando que las acciones caigan para poder comprarlas de nuevo al precio más bajo, devolverlas al prestamista y embolsarse la diferencia. La venta en corto también puede formar parte de una estrategia de cobertura.