Los precios al consumo en Suecia, medidos con un tipo de interés fijo, cayeron un 0,3% en enero respecto al mes anterior y subieron un 3,3% respecto al mismo mes del año pasado, según la oficina de estadística (SCB).

Excluyendo los volátiles precios de la energía, la inflación fue del 4,4%.

Las cifras coincidieron en líneas generales con las expectativas del Riksbank y de los analistas.

"Seguimos viendo que la inflación caerá en los próximos meses y será demasiado baja a finales de año", declaró Torbjorn Isaksson, economista de Nordea. "Mantenemos nuestra previsión de que el Riksbank recortará los tipos en mayo".

Se esperaba un repunte de la inflación general debido a los efectos de base, principalmente los precios de la energía.

El banco central tiene como objetivo una inflación del 2% CPIF.

El ritmo de la inflación ha descendido bruscamente desde que subiera por encima del 10% a finales de 2022 y, tras dos años de rápido endurecimiento de la política, el Riksbank dijo que podría empezar a recortar los tipos desde el actual 4,00% pronto, posiblemente ya el mes que viene, aunque mayo o junio se consideran más probables.

Sin embargo, es probable que los responsables políticos procedan con cautela.

Al Riksbank le sigue preocupando que la tendencia a la baja de la inflación pueda invertirse, con las tensiones geopolíticas, una moneda de la corona más débil y los planes de precios de las empresas en su radar.

La corona sueca se apreció ligeramente frente al euro tras conocerse los datos.

Los mercados han ido reduciendo gradualmente las expectativas sobre el primer recorte y la rapidez con la que el Riksbank se moverá para relajar la política.

Un recorte completo no está descontado para junio y los mercados esperan que el tipo de interés oficial termine el año en torno al 3,35%.

En noviembre, la última vez que el Riksbank hizo una previsión sobre la inflación, ésta se situó en el 3,15% en enero.

Excluyendo los volátiles precios de la energía - la medida que el Riksbank está examinando más de cerca - se esperaba que la inflación fuera del 4,5%.

Los analistas veían la inflación general en el 3,1% y, excluyendo la energía, en el 4,4%.

En diciembre, las cifras fueron del 2,3% y el 5,3% respectivamente.