Dijo que Brasil ha conseguido el apoyo de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay para una propuesta que excluye los productos fertilizantes y que será presentada a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Brasil, una potencia agrícola, es el primer importador mundial de fertilizantes y argumenta que los nutrientes de los cultivos, al igual que los alimentos, no deberían ser objeto de sanciones.

Brasil depende de las importaciones para el 85% de los fertilizantes que necesita para sus cultivos de cereales. Más de una quinta parte de sus importaciones, que totalizan 9 millones de toneladas en 2021, proceden de Rusia.

Dias, que tiene previsto hablar con el director general de la FAO, Qu Dongyu, ha pedido a los países que encuentren una solución global para este asunto, señalando que la escasez de fertilizantes provocará una inflación de los alimentos y podría socavar la seguridad alimentaria.

Espera conseguir el suficiente apoyo de la FAO para convencer a otros miembros de la ONU de que respalden la propuesta.

"La inflación alimentaria mundial es algo que debería preocupar a todos los países", dijo Dias en una entrevista reciente.

Incluso antes de la guerra en Ucrania, el suministro mundial de fertilizantes, especialmente de potasa, ya se estaba reduciendo después de que Estados Unidos sancionara a Bielorrusia, otro gran productor.

Como parte de los esfuerzos de Brasil para asegurar el suministro, Dias y representantes de empresas brasileñas viajarán la próxima semana a Canadá, donde tiene su sede Nutrien, el mayor productor mundial de potasa.

Mientras que Rusia es el principal proveedor de Brasil de la mezcla de fertilizantes NPK de nitrógeno, fósforo y potasio, Canadá es la principal fuente brasileña de potasa utilizada para aumentar el rendimiento de los cultivos.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, visitó Moscú días antes de la invasión de Ucrania para hablar de los suministros de fertilizantes rusos y de las ventas de carne brasileña.