El plan incluye tres posibles escenarios sobre cómo podría evolucionar el virus en el próximo año.

"Basándonos en lo que sabemos ahora, el escenario más probable es que el virus COVID-19 siga evolucionando, pero la gravedad de la enfermedad que causa se reduzca con el tiempo a medida que la inmunidad aumenta debido a la vacunación y la infección", dijo el director general Tedros Adhanom Ghebreyesus durante una reunión informativa.

En este escenario base, que sirve como modelo de trabajo de la OMS, el virus causa brotes menos graves con picos periódicos de transmisión a medida que la inmunidad disminuye. Podrían ser necesarias vacunas de refuerzo para las personas con mayor riesgo. Es probable que el virus siga un patrón estacional, con picos en los meses más fríos, similar al de la gripe.

En el escenario más optimista de la OMS, las futuras variantes serían "significativamente menos graves", la protección contra la enfermedad grave sería duradera, sin necesidad de refuerzos futuros o cambios significativos en las vacunas actuales.

En el peor de los casos, el virus se transforma en una nueva amenaza altamente transmisible y mortal. En este escenario, las vacunas serían menos eficaces y la inmunidad contra la enfermedad grave y la muerte disminuiría rápidamente, lo que requeriría cambios significativos en las vacunas actuales una amplia campaña de refuerzos para los grupos vulnerables.

El informe, Plan Estratégico de Preparación, Preparación y Respuesta https://www.who.int/publications/m/item/strategic-preparedness-readiness-and-response-plan-to-end-the-global-covid-19-emergency-in-2022, es el tercero de la OMS, y probablemente será el último, dijo Tedros.

Para ayudar a poner fin a la emergencia, la OMS hizo un llamamiento a los países para que continúen o aumenten la capacidad de vigilancia del virus, a fin de que se puedan detectar señales de alerta temprana de cambios significativos en el virus. También pidió que se mejore la detección de la COVID prolongada, para seguir y reducir la discapacidad a largo plazo después de que la pandemia haya terminado.

Los países también deben seguir realizando pruebas de diagnóstico del SRAS-CoV-2, que ayudan a identificar los casos individuales y a orientar la toma de decisiones a nivel comunitario, y para seguir la evolución del virus dentro de las poblaciones animales, según la OMS.

La OMS sigue promoviendo el objetivo de vacunar al 70% del mundo contra el COVID, centrándose en los más vulnerables a los resultados graves.

El informe reconoce que las vacunas actuales están resultando menos eficaces de lo esperado para reducir la transmisión de la variante Omicron, pero afirma que el objetivo sigue siendo pertinente.

A finales de marzo de 2022, se habían administrado más de 11.000 millones de dosis de vacunas COVID-19 en todo el mundo. Pero alrededor del 36% de la población mundial aún no ha recibido la primera dosis.

El primer informe de la OMS se publicó en febrero de 2020, al comienzo de la pandemia.