Los rendimientos de la deuda pública de la zona euro fueron mixtos el lunes, ya que los inversores equilibraron las expectativas de un escenario de tipos más altos a más largo plazo con nuevas señales de debilidad de los datos alemanes y cierto apetito por activos refugio debido a la preocupación por China.

Los precios de los bonos se mueven de forma inversa a los rendimientos.

Los precios de producción alemanes cayeron más de lo esperado en julio, y el descenso se debió principalmente a la bajada de los precios energéticos.

Las acciones subieron en Europa tras el tropiezo en Asia, ya que China aplicó un recorte de los tipos de interés de los préstamos menor de lo que habían previsto los mercados, continuando con la racha de medidas de estímulo decepcionantemente frugales de Pekín.

"La narrativa de la resistencia económica que empuja los tipos al alza emana de EE.UU., donde los tipos reales han liderado la subida", dijeron los analistas de ING en una nota a los clientes.

"Habrá poco para impulsar esa historia, dados los escasos datos que se publicarán esta semana".

El rendimiento de la deuda pública alemana a 10 años, la referencia de la zona euro, subió 0,5 puntos básicos (pb) hasta el 2,63%.

Los bonos del Tesoro estadounidense se vendieron en la sesión asiática y en las primeras operaciones de Londres, liderados por los largos, ya que los inversores desconfiaban de que la cumbre de Jackson Hole de la Reserva Federal estadounidense pudiera sentar las bases para que los tipos se establecieran al alza durante más tiempo.

El rendimiento de la deuda pública alemana a 2 años, el más sensible a los cambios en los tipos oficiales, se mantuvo plano en el 3,04%.

La curva de rendimientos alemana redujo su inversión, con la diferencia entre los rendimientos a 2 y 10 años en -42 puntos básicos.

Una curva invertida, que suele ser un indicador fiable de una futura recesión, significa que los mercados están poniendo en precio acontecimientos que desencadenarían recortes de tipos por parte de los bancos centrales.

El economista jefe del Banco Central Europeo, Philip Lane, afirmó el viernes que la economía de la zona euro seguirá creciendo y que es poco probable que experimente una recesión profunda o sostenida.

Esta opinión sobre la economía, unida a unos datos que muestran una inflación de los servicios pegajosa, apoyan la idea de que los tipos de interés oficiales se mantendrán en niveles altos durante un periodo prolongado.

Algunos analistas argumentaron que las expectativas de una aceleración de las medidas de endurecimiento cuantitativo -con el Banco Central Europeo reduciendo su balance mediante la venta de deuda pública y el aumento de la oferta en circulación- deberían provocar una caída de los precios de los bonos a largo plazo.

El rendimiento italiano a 10 años, la referencia para la periferia de la zona euro, subió un punto básico hasta el 4,33%, y el diferencial entre los rendimientos italianos y alemanes a 10 años se mantuvo prácticamente sin cambios en 168,5 puntos básicos. (Reportaje de Stefano Rebaudo, edición de Sharon Singleton)