En una entrevista publicada el domingo, el ministro de Finanzas, Mihaly Varga, declaró al sitio privado de noticias index.hu que el gobierno decidirá la próxima semana sobre su propuesta de sustituir los tipos interbancarios por el rendimiento de las letras del Tesoro como nuevo punto de referencia, mucho más bajo, para los préstamos a empresas y particulares.

La medida forma parte de los esfuerzos del primer ministro, Viktor Orban, por reactivar la economía húngara, pero su banco central la criticó el jueves por "equivocada", afirmando que reduciría el margen de maniobra política.

En la entrevista se citaba a Varga diciendo: "Confío en que para la próxima semana tengamos una decisión que sea buena para las instituciones financieras y buena también para el Gobierno".

"(La propuesta) es un punto perfectamente legítimo", dijo al margen de una conferencia que tuvo lugar el sábado. "Sin embargo, la reacción del mercado ha demostrado que éste no acaba de entender el propósito de la iniciativa".

Un repunte de la inflación el año pasado hasta el 25%, la más alta de la Unión Europea, empujó a la economía húngara a la recesión, y aunque se espera que el crecimiento se reanude en 2024, una encuesta de Reuters de esta semana sugería que no alcanzaría la previsión del 3,6% del gobierno.

El analista de instituciones financieras de S&P Global, Lukas Freund, dijo a Reuters a principios de esta semana que la propuesta representaba otro ejemplo de la política poco convencional de Budapest, que pretendía impulsar la economía pero suponía un riesgo para el sector financiero.

El gobierno respondió la semana pasada a las críticas del banco central diciendo que éste había tratado mal la raíz del problema, después de que el diferencial entre el tipo de oferta interbancaria de Budapest (BUBOR) y los rendimientos de las letras del Tesoro se ampliara a unos 250 puntos básicos.