Intel es una de las pocas empresas de semiconductores que sigue diseñando y fabricando sus propios chips, pero el modelo de negocio se ha cuestionado en los últimos años al perder su liderazgo en la fabricación frente a las empresas taiwanesas y coreanas.

Una opción a la que instan algunos inversores sería la de externalizar la fabricación. Sin embargo, la empresa dijo el jueves que, aunque tiene previsto aumentar el uso de fábricas externas, la mayoría de sus productos de 2023 se fabricarán internamente.

Pero la concesión de licencias de tecnología podría ayudar a Intel a evitar las grandes inversiones en las fábricas de sus rivales que probablemente supondrían los acuerdos de externalización.

"En términos generales, eso puede significar compartir tecnologías que tenemos y que ellos podrían utilizar o aprovechar tecnologías que otros han desarrollado y que nosotros también podemos utilizar", dijo el director ejecutivo saliente, Bob Swan, en una convocatoria de resultados.

Sin embargo, sigue habiendo dudas sobre cuánto costaría un acuerdo de licencia y si una empresa rival estaría siquiera interesada.

Intel no nombró a las empresas a las que podría conceder licencias, pero TSMC y Samsung son sus únicos competidores en el ámbito de los chips de gama alta.

"Me parece un poco extraño que TSMC entregue las llaves del reino a menos que haya un pago considerable", dijo Stacy Rasgon, analista de Bernstein.

(Este artículo se ha vuelto a redactar para corregir un error tipográfico en el último párrafo)