El índice Hang Seng Mainland Properties de Hong Kong se disparó un 12%, mientras que el índice chino CSI 300 Real Estate ganó un 7%.

Las principales promotoras cotizadas en Hong Kong, como Country Garden y Sunac China, subieron un 14%, mientras que Longfor Group repuntó un 23%. Seazen Group y KWG Group se revalorizaron un 16%.

Los máximos dirigentes chinos se comprometieron tras una reunión celebrada el lunes a intensificar el apoyo político a la economía en medio de una tortuosa recuperación posterior a la crisis, centrándose en impulsar la demanda interna.

Para el sector inmobiliario, el Politburó, máximo órgano de decisión del gobernante Partido Comunista, dijo que es necesario adaptarse a la nueva situación provocada por los cambios significativos en la oferta y la demanda del mercado, y optimizar las políticas inmobiliarias de forma oportuna.

Aunque se dieron pocos detalles de las medidas de apoyo, los inversores se centraron en un cambio de tono en particular, que pensaron que podía significar que eran inminentes más medidas de estabilización inmobiliaria.

El Politburó no mencionó la tan repetida frase "las casas son para vivir en ellas, no para especular" en la declaración posterior a la reunión.

"Lo más importante es que (Pekín) envió una señal de una mayor relajación de las restricciones a la propiedad al suprimir la frase... y mencionar las políticas inmobiliarias de flujo continuo", declaró Ting Lu, economista jefe para China de Nomura.

Lu, sin embargo, mantuvo la opinión de que no hay una solución rápida para el sector inmobiliario, y que el gobierno central sólo suavizaría marginalmente algunas medidas restrictivas existentes en las grandes ciudades.

Morgan Stanley dijo que la declaración general del Politburó superó las expectativas de los inversores y que los responsables políticos probablemente lanzarían un "paquete más sensato y contundente" que podría incluir la relajación de las restricciones a la compra de segundas viviendas en las ciudades de segundo nivel.

En las últimas semanas, los inversores se mostraron cautelosos ante el agravamiento de la crisis de la deuda en el sector inmobiliario, a medida que surgían nuevas señales de problemas entre los promotores inmobiliarios respaldados por el Estado Sino-Ocean Group y Greenland Holdings, así como entre los gigantes inmobiliarios Country Garden y Dalian Wanda Group.