El fondo del FSM creado por el gobierno para rescatar a los grupos afectados tras la pandemia "no es el instrumento adecuado" para apoyar a la unidad con fondos propios, dijo el director financiero Klaus Keysberg.

El descarte de esta forma de ayuda estatal se produjo tras un intenso examen y discusiones con el gobierno alemán, así como con los dirigentes del estado de Renania del Norte-Westfalia, donde tiene su sede Thyssenkrupp, añadió.

Keysberg dijo que los costes en ese escenario -que muy probablemente incluiría que el gobierno tomara una participación directa- podrían amenazar seriamente la perspectiva de futuro de la división de acero.

"Esto habría llevado a unos pagos de intereses anuales significativos y en continuo aumento que podrían suponer alrededor del 9% de la ayuda global. Esto no puede ser satisfecho por el flujo de caja del negocio siderúrgico".

La noticia supone un golpe para el poderoso sindicato IG Metall, que ha presionado para que el Estado participe en el rescate de la empresa, que tuvo unas pérdidas operativas de casi 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) en el último ejercicio.

Thyssenkrupp puso a principios de este año su negocio de acero bajo revisión estratégica, con escenarios que incluyen una venta total o parcial, así como una posible participación del gobierno.

La británica Liberty Steel ha presentado una oferta no vinculante por la división y Thyssenkrupp también ha mantenido conversaciones con la india Tata Steel, la sueca SSAB y la alemana Salzgitter sobre una posible consolidación.

El conglomerado afectado tiene previsto decidir en marzo si vende o mantiene la división.

"También vemos un importante potencial de valor para nuestro negocio del acero en el escenario independiente", dijo Keysberg.

(1 dólar = 0,8258 euros)