No hay notas de analistas, ni iniciaciones de seguimiento, ni objetivos de precios. Ni los brokers ni los grandes bancos se han dignado prestar atención a este nuevo grupo.

Sin embargo, no falta interés público por la empresa. Desde finales de marzo, ha aparecido regularmente en las portadas de los medios financieros, ha sido objeto de comentarios y editoriales y, sobre todo, ha sido ampliamente seguida por los partidarios del ex presidente y los especuladores que ocupan los titulares de Reddit's Wall Street Bets.

Tampoco hay problemas de capitalización. Con un valor de mercado de 4.900 millones de dólares según Reuters, más que otras apps como Grindr o Bumble, la empresa es susceptible de ser cubierta por las firmas de análisis. Sus volúmenes de negociación también son decentes, y deberían hacerla objeto de una mínima curiosidad.

No es así. JPMorgan Chase, Bank of America y Barclays Plc confirmaron a Reuters que no tenían ningún interés en la nueva bailarina de Trump, y no quisieron justificar su elección. TMTG mantiene la cabeza alta, fingiendo no sentirse ofendido.

¿La razón de esta falta de interés hay que buscarla en su método de salida a bolsa, a través de una sociedad cheque en blanco?

Los intermediarios suelen ser reacios a cubrir estas nuevas empresas, porque sus empresas, al no haber participado en la OPV, no tienen ningún interés financiero en ella. Los inversores institucionales también son reacios a invertir en SPAC porque no tienen historial financiero. Su trayectoria inicial en bolsa, en la mayoría de los casos poco estelar, y sus tropiezos regulares con las autoridades, echaron para atrás a los últimos candidatos potenciales.

Sin embargo, algunas SPAC se están ganando el corazón, o la pluma, de los analistas. Es el caso de Nextdoor y Grindr, que son seguidas por un pequeño puñado de despachos.

Algunos argumentan que el entusiasmo de los operadores por TMTG debería justificar por sí solo la cobertura de la acción, que es una de las más activamente negociadas de EE.UU..

De nuevo, humo sin fuego. Esto se debe a que la inmensa mayoría de los operadores son inversores particulares, no profesionales comisionistas. Y este hype, reservado a los fans del hombre (Donald Trump), está dando a la acción una valoración que no tiene base financiera: 1.200 veces las ventas previstas de la empresa para 2023, es decir, 4,1 millones de dólares. Lo que convierte a TMTG en un ovni en lo que a múltiplos de valoración se refiere.

Y realmente hay que ser fan (o ciego). La propia empresa ha admitido ante sus accionistas que tiene dudas sobre su capacidad para continuar como empresa en funcionamiento.