Unicaja cede al Museo del Prado dos cuadros para la exposición 'Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910)'
Las obras son 'Víctimas de la fiesta', de Darío de Regoyos, y 'Enseñar al que no sabe', de Augusto Junquera

20 MAY 2024

6 Min reading

Unicaja ha cedido en préstamo al Museo Nacional del Prado de Madrid dos cuadros que se exhiben en 'Arte y transformaciones sociales en España (1885-1910)', una exposición que podrá visitarse desde mañana martes, 21 de mayo, hasta el 22 de septiembre y con la que se muestra la repercusión de los cambios sociales en el arte de finales del siglo XIX y principios del XX.

En concreto, se trata de los óleos 'Víctimas de la fiesta' (1894), de Darío de Regoyos, y 'Enseñar al que no sabe' (1909), de Augusto Junquera, que forman parte de la colección de la entidad financiera.

El lienzo de Augusto Junquera se encuentra habitualmente en la sede de Unicaja de la plaza de la Escandalera de Oviedo, y el de Darío de Regoyos, en la misma ciudad, en depósito, en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

'Víctimas de la fiesta' representa el momento previo al desollamiento de uno de los caballos desventrados en una corrida de toros, mientras que en 'Enseñar al que no sabe' puede verse una escena de una lección al aire libre impartida por el padre Vinjoy a unos niños en el asilo de huérfanos que fundó en Oviedo.

La cesión temporal de estas pinturas al Museo Nacional del Prado, que se suman a las casi 300 que conforman la muestra, se enmarca en el apoyo de Unicaja a la cultura y a sus manifestaciones artísticas. De hecho, la entidad ya ha colaborado, con el préstamo de fondos, en exposiciones organizadas por otras instituciones.

Exposición

Esta muestra, comisariada por Javier Barón, jefe de Conservación del Área de Pintura del Siglo XIX del Museo del Prado, es una oportunidad para aproximarse a las interpretaciones de los artistas de la profunda transformación social experimentada en España entre 1885 y 1910. Después de una larga época de predominio de la pintura de historia como inspiración principal, será la temática de contenido social la que analiza los cambios que tuvieron lugar en el país en este periodo.

La diversidad de técnicas y registros creativos en las casi 300 obras (muchas de ellas, no expuestas antes) que componen la exposición permiten mostrar la gran variedad de respuestas de los artistas al reto de representar las transformaciones de la sociedad de su tiempo en aspectos hasta entonces apenas tratados como el trabajo industrial y el de la mujer, la educación, la enfermedad y la medicina, los accidentes laborales, la prostitución, la emigración, la pobreza y la marginación étnica y social, el colonialismo, las huelgas, el anarquismo y las reivindicaciones obreras.

Aunque el origen de este proyecto expositivo está en la relevancia de las colecciones de pintura social del Prado, reflejo de la producción vinculada a las diversas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, gracias a la generosidad de casi un centenar de prestadores públicos y privados, el visitante podrá admirar obras destacadas de Regoyos, Sorolla, Nonell, Gargallo, Picasso, Gris y Solana, entre otros.

Entre los gobiernos liberales de 1885 y 1910 en España se produjeron transformaciones decisivas para la modernización del país, a semejanza de lo que ocurrió en Europa. Los artistas dejaron de tratar asuntos históricos para abordar la vida del momento, de modo que sus obras se convirtieron en testimonios elocuentes de aquellos cambios.

Influidos por la fotografía, los pintores españoles buscaron una objetividad en la representación, adoptando un estilo naturalista, similar al que había triunfado en Francia y en otros países, pero con una identidad especial en algunas obras gracias al estudio y a la reivindicación de Velázquez como referencia de prestigio. Muchas de ellas se presentaron a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, donde una parte importante fue adquirida por el Estado.

Por ello, el Museo Nacional del Prado conserva el conjunto más importante de pintura social en España. Veinte entre esos cuadros, la mayoría de grandes dimensiones, constituyen el núcleo de la muestra, la primera que la institución dedica a este tema tan relevante por su presencia en sus colecciones, pero escasamente representado en su exposición permanente y, por ello, insuficientemente conocido. Junto a la pintura también se incluyen la escultura y las artes gráficas, así como la fotografía y el cine, que tuvieron el papel más destacado en la configuración de la imagen de la época.

Temas

Los asuntos elegidos para articular las secciones de la exposición abarcan diferentes aspectos de la vida contemporánea, incluidos aquellos que, por su carencia de belleza, su supuesta falta de decoro, su aparente trivialidad o su pretendida ausencia de interés, apenas habían sido considerados antes. Entre ellos, el trabajo industrial y el de la mujer, la educación, la enfermedad y la medicina, los accidentes laborales, la prostitución, la emigración, la pobreza y la marginación étnica y social, el colonialismo, las huelgas, el anarquismo y las reivindicaciones obreras. Otros temas que, en cambio, tenían una larga tradición, como el trabajo en el campo y en el mar, la religión y la muerte, aparecieron vistos bajo un prisma nuevo, por lo que también forman parte de la selección.

En la exposición se analizan la diversidad de interpretaciones de todos esos temas, la interrelación entre las distintas técnicas, como la fotografía, la ilustración y la pintura, y la crisis del sistema de representación naturalista tras el triunfo de sus autores más destacados, como los hermanos Luis y José Jiménez Aranda, Vicente Cutanda, Joaquín Sorolla, Santiago Rusiñol y Ramón Casas.

El periodo de eclosión del primer arte social estuvo comprendido entre las Exposiciones Universales de París de 1889 y 1900, en las que dos pintores españoles, Luis Jiménez Aranda y Joaquín Sorolla, respectivamente, recibieron la medalla de honor. Aunque continuaron cultivándose por otros artistas hasta 1910, las propuestas del naturalismo fueron sustituidas por otras de índole más expresiva.

De modo simultáneo, declinó la influencia de Velázquez, progresivamente sustituida por la del Greco entre los artistas renovadores y sensibles, además, a las transformaciones que se habían producido en Europa. El primer ejemplo importante, y el más temprano, fue Darío de Regoyos y, después de 1900, Francisco Iturrino, Ricardo Baroja, Hermen Anglada-Camarasa, Isidre Nonell, Evaristo Valle, Joaquim Sunyer, Pablo Gargallo, Pablo Picasso, Juan Gris y José Gutiérrez Solana. También Ignacio Zuloaga y Julio Romero de Torres trabajaron, según planteamientos muy personales, más atentos a ciertos aspectos del arte del pasado, nuevas orientaciones.

Attachments

  • Original Link
  • Permalink

Disclaimer

UNICAJA Banco SA published this content on 20 May 2024 and is solely responsible for the information contained therein. Distributed by Public, unedited and unaltered, on 20 May 2024 15:31:06 UTC.