El dólar se mantuvo bastante estable el lunes antes de una semana repleta de datos macroeconómicos que podrían arrojar más luz sobre las perspectivas de los tipos de interés mundiales, con la lectura de la inflación estadounidense como protagonista.

El jueves se publicará el índice de precios de los gastos de consumo personal subyacente (PCE) -la medida de inflación preferida de la Reserva Federal-, en el que se espera un aumento mensual del 0,4%.

Las cifras de inflación de la zona euro, Japón y Australia también aterrizarán esta semana, junto con una decisión sobre los tipos del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda (RBNZ) y las encuestas del PMI de China.

El euro subió por última vez un 0,1%, a 1,0834 dólares, tras haber ganado terreno frente al dólar en ocho de las últimas nueve sesiones bursátiles.

Los responsables del BCE han reiterado su atención a la inflación en la zona euro, sobre todo en lo que respecta al sector servicios y al crecimiento de los salarios.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó el viernes que el crecimiento salarial se había moderado, pero que era demasiado pronto para dar por conquistada la inflación.

"Se espera que la inflación de la zona euro se enfríe hasta el 2,5% y, sin embargo, las actas del BCE siguen mostrando la reticencia del BCE a hablar siquiera de recortar los tipos", declaró Fiona Cincotta, estratega de mercado de City Index.

"Parte de ello es la reticencia a hablar de recortar los tipos, y también vimos que las expectativas de inflación en la zona euro subieron muy ligeramente, pero también ese estado de ánimo optimista por los beneficios ha estado sacando algunos flujos de refugio del dólar y ha impulsado al euro al alza", dijo.

Uno de los principales impulsores de la fortaleza del euro ha sido la reducción de la diferencia entre el punto en el que los operadores creen que terminarán el año los tipos de interés estadounidenses y los de la zona euro.

Hace sólo dos semanas, los inversores daban por hecho que la Reserva Federal recortaría los tipos en unos 80 puntos básicos este año, frente a los recortes de unos 100 puntos básicos del Banco Central Europeo. El lunes, esa diferencia prácticamente había desaparecido.

LA INFLACIÓN EN EL PUNTO DE MIRA

El principal acontecimiento para los inversores esta semana será el PCE subyacente estadounidense del jueves. Las lecturas más alcistas de la inflación al productor y al consumidor han aumentado la probabilidad de que esta medida también supere las expectativas, lo que podría retrasar aún más las expectativas sobre cuándo la Fed podría aplicar su primer recorte.

Según la herramienta FedWatch de la CME, actualmente los mercados están valorando en apenas un 20% la posibilidad de que la Fed comience a relajar los tipos en mayo, frente a una probabilidad de casi el 90% hace un mes.

"En todo caso, los (datos) pueden ser más fuertes de lo que los mercados esperan actualmente, y eso probablemente dará un modesto impulso al dólar", dijo Carol Kong, estratega de divisas del Commonwealth Bank of Australia (CBA).

El índice del dólar se situó un poco por debajo, en 103,89.

Los precios al consumo nacionales de Japón se publicarán el martes y se prevé que muestren que la inflación subyacente se ralentizó hasta una tasa anual del 1,8% en enero, la más baja desde marzo de 2022.

Esto complicaría los planes del Banco de Japón de poner fin a los tipos de interés negativos en los próximos meses, lo que mantendría al yen bajo presión a corto plazo.

El yen bajó marginalmente por última vez a 150,61 por dólar, habiendo caído ya más de un 6% frente a la divisa estadounidense este año.

"Las noticias de que Japón entró en recesión técnica en el segundo semestre de 2023 habrán atenuado parte del entusiasmo del mercado respecto al ritmo de endurecimiento monetario del Banco de Japón", declaró Jane Foley, jefa de estrategia de divisas de Rabobank.

La libra esterlina, por su parte, subió un 0,1%, hasta 1,2677 dólares, pero cedió un 0,1% frente al euro, hasta 85,48 peniques.

En las criptodivisas, el éter subió hasta un 6,5% por encima de los 3.130 dólares, alcanzando otro máximo de dos años. Subió por última vez un 4,3% hasta los 3.068 $, mientras que el bitcoin subió un 0,3% hasta los 51.149 $.