WASHINGTON, 28 nov (Reuters) - Cada vez es más probable que los responsables de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos mantengan las tasas de interés sin cambios a fines de año y comiencen 2024 estudiando el momento de su primera rebaja, en un intento de lograr un "aterrizaje suave" de la economía.

Este fue el mensaje general que transmitió el martes el gobernador de la Fed, Christopher Waller, una voz estricta e influyente en el banco central estadounidense.

Señaló que cualquier recorte de las tasas no tendría "nada que ver con intentar salvar la economía o la recesión", sino más bien con garantizar que la política monetaria no se vuelva excesivamente restrictiva a medida que retrocede la inflación.

"Estoy cada vez más seguro de que la política monetaria actual está bien posicionada para ralentizar la economía y volver a situar la inflación en el 2%", dijo Waller al centro de estudios American Enterprise Institute.

" Si vemos que la desinflación continúa durante varios meses más -no sé cuánto tiempo podría ser, tres meses, cuatro meses, cinco meses- que nos sentimos seguros de que la inflación está realmente baja y en camino, entonces se podría empezar a bajar la tasa de política monetaria sólo porque la inflación es más baja", agregó.

Las declaraciones de Waller provocaron una bajada en el rendimiento de los bonos del Tesoro, ya que los inversores se inclinaron por una mayor probabilidad de recortes de tasas el año que viene.

La Fed mantuvo su tasa de referencia a un día entre el 5,25% y el 5,5% al final de su reunión del 31 de octubre al 1 de noviembre, y los analistas esperan en su mayoría el mismo resultado en la reunión del 12 y 13 de diciembre.

Los comentarios de Waller incluyeron unas advertencias que ya son habituales en las comparecencias públicas de las autoridades de la Fed.

"La inflación sigue siendo demasiado alta, y es muy pronto para decir si la desaceleración que estamos viendo se mantendrá", dijo. "Todavía hay una incertidumbre significativa sobre el ritmo de la actividad futura, por lo que no puedo decir con seguridad si el (Comité Federal de Mercado Abierto) ha hecho lo suficiente para lograr la estabilidad de precios".

En su intervención en una reunión de la Asociación de Banqueros de Utah en Salt Lake City, la gobernadora de la Fed Michelle Bowman llevó esas dudas más allá, planteando una serie de interrogantes sobre la durabilidad de los avances en materia de inflación, que se ha desacelerado, según la medida preferida por el banco central estadounidense, desde un máximo del 7,1% el pasado verano boreal hasta una lectura reciente del 3,4%.

"Mis perspectivas económicas de referencia siguen apuntando a que tendremos que aumentar aún más la tasa de interés de los fondos federales para mantener una política suficientemente restrictiva que permita reducir la inflación hasta nuestro objetivo del 2% en un plazo razonable", afirmó.

No obstante, incluso Bowman -que al igual que Waller se encuentra entre los más estrictos de la Fed- se abstuvo de pedir de forma abierta un nuevo alza de tasas, afirmando en línea con su colega que dependerá de los datos económicos.

En breves declaraciones efectuadas en un acto diferente, el presidente de la Fed en Chicago, Austan Goolsbee, reiteró su opinión de que la inflación va a desacelerarse este año a su ritmo más pronunciado en más de 70 años.

El jueves se publicarán nuevos datos sobre la inflación, y las autoridades monetarias también tendrán a mano un nuevo informe mensual sobre el empleo y otros datos antes de reunirse el mes que viene.

(Reporte adicional de Lindsay Dunsmuir; editado en español por Carlos Serrano)